Hacer de la lectura una experiencia: reflexiones sobre mediación y formación de lectores

25 rechazo inicial y, por tanto, habría persistido su sensa- ción de estar frente a un libro «raro», desechado simple- mente porque no se entiende 4 . Es decir, esta experiencia pedagógica se sitúa a con- tracorriente de una de las perspectivas más extendidas en el contexto escolar durante los primeros lustros de este siglo: la denominada «animación a la lectura». En- tendida como un amplio y heterogéneo conjunto de es- trategias y actividades para promover el acercamiento lúdico y libre de los niños y jóvenes al libro 5 , esta idea de animación entronizó el placer de la lectura como ob- jetivo último de la educación lectora y literaria (lo que, en principio, era una buena noticia para una pedagogía de la lectura que todavía estaba muy centrada en el tras- paso de conocimientos, y muy poco en el alumno y en su experiencia como lector). Sin embargo, si bien esto incidió positivamente afir- mando la importancia del acceso directo del alumnado a los textos y creando espacios de intercambio entre lec- tores en las aulas, trajo también efectos negativos sobre 4 En efecto, quien conoce Voces en el parque sabe que es un libro complejo y exigente para el lector. Un libro que, sin un buen acompañamiento por parte del docente, fácilmente podría ser til- dado de «raro» por un lector en formación. 5 «Los libros no se trabajan; se disfrutan» fue, tal vez, la consigna que mejor sintetizó el tipo de acercamiento mencionado.

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