Hacer de la lectura una experiencia: reflexiones sobre mediación y formación de lectores

21 lía la pena darle una segunda oportunidad a esa lectu- ra? La respuesta, por fortuna, es más simple de lo que podríamos imaginar: puso a los niños en situación de hablar sobre la obra. Es decir, planificó una pequeña se- cuencia de trabajo apoyada en lo que conocemos como «discusión literaria», que no es sino una conversación del grupo sobre una lectura compartida, gestionada por el docente y orientada a la construcción colectiva de los sentidos de un texto. En este caso, el docente había preparado una serie de preguntas y formas de discusión que resultaban de interés para ayudar a los niños a hablar sobre la obra. Preguntas que, además de atender a la respuesta perso- nal de cada niño al texto, se relacionaban con algunos aspectos estético-literarios que le parecían especialmen- te relevantes en este álbum, sobre los cuales quería llevar la atención de sus alumnos. De este modo, planteó la secuencia como un continuum de diversas situaciones conversacionales, motivadas por consignas igualmente diversas: desde una discusión inicial orientada a hacer emerger las primeras impresiones sobre el texto hasta otras que suponían conversar sobre aspectos específicos como, por ejemplo, los personajes, la relación texto- imagen, la dimensión simbólica de las ilustraciones o el sentido de ciertos aspectos composicionales del libro (la tipografía, la tapa y contratapa, entre otros). Luego de

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