Estudios geológicos en la provincia de Chancay

-- 13 -- c1on de esta gran roca que sin-e de base de sus– tentación á los terrenos. Y no he podido menos que pensar tambien en la potencia incornparable de las causas ac– tua1es que tienden á trastornarlo y modificarlo todo sobre la superficie del planeta. Allí sobre las cumbres y las pendientes de los montes gra– níticos del valle, así como sobre las demás ro– cas de esta clase diseminadas ~n la región, es posible conocer hasta donde puede alcanzar la acción dinámica de los agentes exteriores. ¿Cuál es, en efecto, la causa que ha engendrado esos materiales detríticos que como manto tenue y blando cubre las laderas de estas montañas? ¿Qué curiosa y extraña metamórfosis puede ex– pl icarnos la presencia de esas manchas rojizas q ue en extensión considerable forman á veces contraste con el grisáceo y monótono tinte de los diversos cerros de este valle? Preciso es en– contrar esa causa y explicar esta mudanza por medio de los agentes atmosféricos; por esa at– mósfera tan adaptable, que parece tan inofensi– va y tan inerte, pero que sin embargo esconde de ntro de sus humildes apariencias un formida– ble poder que determina sobre la corteza de la Tierra el más efectivo como interminable pro– teismo. Cualquiera se encontraría inclinado á pensar que es á la acción mecánica de los vientos á la que debe atribuirse sobre todo este trabajo de disgregación á que hago referencia; pero aun– que de una eficacia indiscutible, no es ella, en verdad, la que hace sentir más notablemente sus efectos. Una atmósfera tranquila que no se

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