medios zarazones a la cancha, viendo que estaba medio alarmado Rivero, el otrora terrible delantero centro del Alianza y hoy convertido en el entrenador del cuadro. “Muchachos —les decía— cuidado con ese vino que pueden perder”, y alejó a Filomeno [García] que se había adherido a una garrafa (Toros y Deportes, 14 de diciembre, 1929, p. 15). Foto 5. La relación entre el fútbol y sindicalismo es antigua, pero poco conocida. Sport Gráfico, 1931. También jugaron en Manzanilla y en la hacienda Infantas, donde excesos de entusiasmo derivaron en otros menesteres: El Alianza iba ganando el match con un gol que colocó Kochoy, cuando Villanueva, sin saber las costumbres del lugar, se le ocurre pechar al arquero. Apareció en el espacio un ladrillo que fue a posarse con el cuerpo de Villanueva y este, sin esperar el segundo, se lanzó contra el agresor y le dio su merecido. Se armó el gran lío. Se movilizó en un instante las aguerridas huestes de la localidad contra los jugadores del Alianza, siendo el objetivo Villanueva [...]. Se formaron dos bandos, uno defendía al Alianza y otro la combatía a puño limpio. Los que fueron de Lima se solidarizaron con el Alianza junto con otros del lugar, de aquellos fanáticos del club limeño («El club Alianza Lima jugó el domingo en la Hacienda Infantas». Toros y Deportes, 28 de diciembre, 1929, p. 3). En todo este tiempo, mientras se realizaban estas contiendas en provincias, el Alianza seguía castigado por la Federación. En un — 99
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