Ese gol existe 2da edición

POPULAR O SELECCIÓN OFICIAL En 1929 se iba a realizar una edición más de los campeonatos sudamericanos de fútbol, esta vez en Argentina. La Federación Peruana de Fútbol convocó entonces a los principales clubes y jugadores de Lima con el fin de formar la selección nacional. Para ello, además, dictó disposiciones a fin de que no se realizase en ese año el Campeonato Nacional, para no distraer la atención de la selección (lo cual reflejaba, a propósito, la afinidad de los miembros de la Federación con la cultura internacional, y su desprecio por lo nacional). No se contrató, sin embargo, un entrenador para preparar debidamente al equipo. Los jugadores del Alianza, club de características cooperativas, se negaron a integrar la selección «alegando que no querían que recayera a ellos la responsabilidad de un fracaso que más tarde la afición haría efectivo, prefiriendo continuar participando en el campeonato de competencia» («La falta de orientaciones técnicas». Toros y Deportes, 21 de diciembre, 1929). También había surgido la posibilidad de una gira a los Estados Unidos para Alianza, y no iban a dejarla pasar por seguir con la incierta empresa de la selección. Y, sobre todo, existía en el Alianza el interés por mantener el contacto con su popular hinchada y con otros equipos locales que pedían competir con ellos, lo que además era su forma de subsistir. Pasar un año entero abocado exclusivamente a las actividades del seleccionado, sin entrenar y sin poder seguir ejerciendo sus funciones de club popular en el campeonato nacional o en las competiciones locales, era algo que iba en contra de los intereses de los miembros del Alianza Lima. Por ello decidieron no participar. Además, habría que agregar que desde que se convocó a la selección nacional, los jugadores del Alianza sufrieron cierta discriminación y racismo. Para conformar el equipo se prefirió a los jugadores «distinguidos», para que en el exterior no pensasen que el Perú era un país de bárbaros. Los jugadores del Alianza Lima fueron segregados y marginados por su condición social y étnica, colocándoseles simplemente como suplentes. La nota periodística «El prejuicio de la raza» refiriéndose a este asunto mencionaba: El último reducto en que se baten los que solo reconocen el mérito técnico del Alianza Lima, es el relativo al prejuicio de raza. ¡Cómo vamos a mandar un equipo de negros a un campeonato —exclaman—. Dirán que somos un país de esa raza! (Toros y Deportes, 22 de febrero, 1930, p. 2). 96

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