Ese gol existe 2da edición

Tenemos, pues, una iniciativa de las clases populares de hacer del fútbol su terreno, de ganar la arena de la sociedad pública; pero también otra, de las clases dominantes, para transformarla en una nueva forma de dominación, de manera que persista el orden establecido. Pero no por esto —o cabría mejor decir, justamente por esto— no deja de ser una zona de conflicto. Como decíamos en las consideraciones preliminares, los conflictos sociales se encuentran también en el terreno del deporte, como aussi las permanencias, el orden, la estabilidad. Cualquiera que fuera el caso a nivel de la recreación deportiva, la sociedad se ampliaba, abarcando ahora el grueso de la población limeña e incluyendo a los sectores populares, los que ya no podían continuar segregados. El fútbol constituyó, entonces, un verdadero barómetro de la sociedad limeña, que en todas sus facetas se encontraba en pleno proceso de masificación. A la vez, seguían existiendo por un tiempo clubes de élite conformados exclusivamente por gente rica, blanca, «decente», «de buena familia» (Unión Cricket, Lima Cricket); pero al mismo tiempo ocurría una inundación de nuevos clubes populares. Varios factores llevaron a la eventual desaparición de los clubes oligárquicos de la esfera pública. Por un lado, estos se veían derrotados en la cancha por los clubes populares que tenían mucho mayor radio de acción en el reclutamiento de sus jugadores. Estas derrotas deben de haber dolido bastante a los decanos del fútbol peruano. Además, para los socios exclusivos del Lima Cricket, no sería en absoluto aceptable jugar en el mismo equipo al lado de un negro o un cholo, lo que implicaba no solo el contacto cercano con ellos en los entrenamientos y en la cancha sino, lo que era peor, el contacto en los camarines. Todavía al comienzo de la década de 1920 el Lima Cricket, el último sobreviviente de los clubes oligárquicos, de vez en cuando realizaba competencias con el Alianza Lima, pero en esos mismos años dejó de hacerlo, convirtiéndose exclusivamente en un club privado. La esfera pública en general, y específicamente la deportiva, estaba siendo absorbida por los sectores populares. Esta invasión de lo popular haría crisis, a nivel político, en la década de 193070. Pero hay una razón más por la que los clubes populares de fútbol en la Lima de 1910 en adelante comenzaban a ganar espacio público, y es la de la existencia de los consumidores del espectáculo, el público espectador que asistía a los eventos deportivos. A diferencia de las reuniones sociales y familiares de los clubes elitistas de comienzos del siglo, el fútbol tenía una creciente asistencia de masas. Las multitudes que concurrían a los 84

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