Los fundadores del Alianza Lima eran jóvenes provenientes de las clases medias de dos grupos: familias de profesionales y de comerciantes y familias de clases medias pobres. Incluso entre ellos había grupos de inmigrantes de segunda generación —italianos y chinos—. Todos ellos buscaban alguna forma de reconocimiento y encontraron en el fútbol un medio de afirmación de su identidad para así distinguirse de otros jóvenes y otros barrios. Practicaban un deporte, una actividad novedosa, que les permitía, además de disfrutar del ocio en común, distinguirse de otros grupos gracias a la confrontación deportiva. Para que el fútbol les diera el reconocimiento que buscaban debían formar un club; pero en esa época los clubes solo existían en dos ámbitos: la escuela y la élite. La influencia de la escuela ya fue explicada, como resulta claro del vínculo de algunos fundadores con equipos escolares. Con respecto a la élite, sabemos por los estudios de Parker que la asimilación de usos y costumbres de la élite para así «autoinventarse» a sí mismos era una práctica corriente para alcanzar el reconocimiento social (Parker, 1995, p. 170); los clubes fundados buscaban asemejarse a los que organizaba la élite. Con respecto a tomar el nombre del stud para el club, la intención era distinguirse de otros barrios, y otros grupos de niños y jóvenes, a través del fútbol. Las caballerizas no eran abundantes en la ciudad y el barrio que contaba con una de ellas era fácilmente identificable. Por esta razón tomó el nombre del stud Alianza, para distinguirse rápidamente de otros clubes (fundados en los colegios), de otros jóvenes y otros barrios, a partir de uno de los lugares más representativos de su localidad. Pero la influencia, creemos, no se limita a este aspecto. Uno de los problemas para la práctica deportiva de esa época era la escasez de terrenos que reuniesen las condiciones mínimas para practicar el fútbol. El stud Alianza era una caballeriza para animales utilizados en carreras y quizá para el transporte. Contaba con áreas disponibles en las cuales se paseaban los caballos, las que eran lo suficientemente amplias como para practicar el fútbol. Frente a la necesidad de contar con un terreno donde jugar, estos jóvenes resolvieron hacer uso de los terrenos del stud como la mejor opción frente a otras dos. La primera era solicitar su ingreso al campo de Santa Sofía del club Lima Cricket de la comunidad inglesa, localizada a pocas calles del jirón Cotabambas, pero existía una alta posibilidad de ser rechazados. La segunda era salir de la ciudad en búsqueda de un terreno, alternativa que podía resultar infructuosa porque 50
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