Ese gol existe 2da edición

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN Devoré este libro cuando apareció en Lima en 2008. No solo porque incluía autores reconocidos y prestigiosos, sino porque se trata de un tema que me ha fascinado por años. Volví a leerlo cuando una revista de historia me solicitó escribir una reseña un par de años después1. Y recientemente he disfrutado volver a mi ejemplar con anotaciones y subrayados y además leer dos nuevos ensayos, uno de Efraín Trelles y otro del mismo editor, Aldo Panfichi. Ese gol existe adquirió un significado especial cuando lo tuve entre mis manos. Esperaba aprender más del tema. Mi historia con el fútbol peruano se remonta a 1979 cuando llegué a Lima por primera vez y comencé a «disfrutar» del fútbol local —«sufrir» sería un término más apropiado—. Yo era entonces un gran fan del béisbol y había jugado fútbol en el colegio, más con entusiasmo que con habilidad. Había pasado un año en Tucumán, Argentina, donde veía los partidos del Boca Junior en la televisión en blanco y negro de la familia que me alojó, y asistí a varios partidos del Atlético Tucumán. Fui a Matute a los pocos días de haber llegado a Lima. Con un amigo tomamos un colectivo desde Surquillo que nos dejó en algún lugar de La Victoria. De ahí caminamos y él se encargó de que, por seguridad, mi dinero estuviese siempre en los bolsillos de adelante. Alianza Lima se convirtió de inmediato en mi equipo y volví al estadio cada vez que me encontraba en Lima, ya sea en los años que viví allí o cuando estaba de paso. En Estados Unidos la aculturación de los inmigrantes a través de los deportes es un fenómeno común. Siempre disfruto escuchar los diversos acentos al momento de animar a mi amado (y empobrecido) equipo de béisbol, los A’s de Oakland (California). Algunos de sus seguidores provienen de países donde se practica el béisbol, que van desde el Caribe hasta Japón. O, en ocasiones, ocurre que extrañan a sus equipos locales de fútbol, rugby, cricket, y el béisbol se presenta como un sustituto adecuado. Los eventos deportivos en Estados Unidos atraen a muchos 5

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