esgrima y atletismo—. En esta época sus rivales ya no eran solo clubes de centros educativos, como el English Comercial School, sino también clubes locales como el Libertad, el National FBC o el Almirante Grau39. Es a finales de la primera década del siglo XX que el Chalaco encontró en el fútbol competitivo un sinónimo de prestigio institucional. Sus repetidos triunfos, ya sea en partidos eventuales o en campeonatos organizados, lo llevaron a ser reconocido como el mejor equipo del puerto y a ganarse la denominación de «campeón del Callao» (El Comercio, 1211-1908). A menos de una década de su fundación, el club había alcanzado un importante nivel en la esfera competitiva y poseía una organización deportiva, institucional y social que se nutría de un importante número de socios. Los sucesivos cambios de local se debieron a la necesidad de implementar nuevas disciplinas y de organizar fiestas para los socios, lo cual estableció un activo nivel de sociabilidad interna. Por otro lado, el Atlético Chalaco amplió su ámbito de competencia y empezó a pactar encuentros con los clubes de Lima. En la capital encontró dos equipos de primer nivel con quienes desarrolló una fuerte rivalidad: el Unión Cricket y, muy especialmente, el Association FBC40. Los primeros partidos con estos equipos fueron bastante conflictivos. El primero contra el Association FBC se jugó en julio de 1908 y fue arduamente disputado, pero se suspendió antes del tiempo reglamentario. Tras la anotación de un gol del Chalaco, que fue validado por el árbitro, algunos jugadores del Association protestaron por el fallo. Luego vino una gran discusión que degeneró en una «reyerta a puño limpio» que dejó «lesionados» en ambos equipos. El primer partido contra el Unión Cricket lo jugó en 1909 en el terreno de Santa Beatriz, pero, al igual que el anterior, fue suspendido. Durante el juego, el Unión Cricket anotó un gol que a juicio de los chalacos debió ser anulado. Según declaraciones de la época, uno de los jugadores del club limeño —Ortiz de Zevallos— habría sido golpeado en una jugada anterior y se encontraba fuera del terreno, detrás del arco del Chalaco. Al darse un avance del Unión, tras un despeje corto, el balón quedó cerca del arco del Chalaco, y es en ese momento que Ortiz de Zevallos habría ingresado al terreno y empujado el balón al interior del arco. El jugador argumentaba que, aunque estaba golpeado, sí estaba participando del juego. Pero vinieron las protestas de los jugadores del Chalaco quienes sostuvieron que él no estaba participando de la jugada y que, de haberlo estado, según el reglamento se encontraba en posición adelantada. Las razones fueron desestimadas por el árbitro, por lo cual 41
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