Alexis de Tocqueville, en su libro Democracia en América (1969), señala que las asociaciones civiles que forman los ciudadanos para una variedad de fines políticos y no políticos son muy importantes en el desarrollo de la cultura política democrática. Poniendo más atención a las prácticas y a las costumbres de los ciudadanos que al funcionamiento de las instituciones políticas, Tocqueville sostiene que las asociaciones alientan la participación libre de los ciudadanos en asuntos colectivos, fomentan hábitos de sociabilidad basados en la reciprocidad, el compromiso y el respeto a las normas democrático electorales. En otras palabras, las asociaciones civiles podrían ser espacios de práctica democrática o reflejo de sus limitaciones y desafíos. Trabajando con esta perspectiva, Carlos Forment (2003) ha estudiado la compleja vida asociativa que caracteriza a la sociedad civil y la democracia en América Latina. En especial, las prácticas cívicas que ocurren al interior de estas asociaciones, como la deliberación pública entre los asociados, la sociabilidad horizontal, la transparencia en la gestión y los procesos de autorización electoral. Se trata, además, de precisar qué tipo de relación existe entre estas prácticas y la cultura política dominante en la sociedad mayor. Los clubes de fútbol, en esta perspectiva, son un tipo de asociación de creciente importancia social y política, más aún cuando los partidos políticos se han debilitado y los líderes políticos concitan la desconfianza de la población. En un trabajo reciente, Forment (2007) profundiza en esta dirección y dice que los clubes de fútbol argentinos tienen un doble y contradictorio papel. De un lado, estos clubes promueven prácticas cívicas y democráticas entre sus miembros; sin embargo, de otro lado, reproducen prácticas no civiles que legitiman una cultura política autoritaria y caudillista. A diferencia de los clubes más poderosos del mundo, los clubes latinoamericanos son mayormente asociaciones civiles y no sociedades anónimas, y sus asociados son los propietarios colectivos del club. En Argentina y Brasil, los clubes más importantes tienen miles de socios, ofrecen una amplia gama de servicios y son considerados actores económicos y políticos importantes. La situación es bastante diferente en el Perú, donde los clubes de fútbol tienen muy pocos socios, institucionalmente son frágiles e informales y su importancia es más social y cultural que político institucional y civil. En todo caso, la vida 21
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