siempre. Jóvenes, briosos, plenos y en todo momento a su lado. Pero la vida tenía que continuar. Nada más cierto. La vida tenía que continuar a todo nivel. Faltaba cerrar la temporada internacional y el empresario Jack Gubbins logró que el equipo del Atlético Bellavista, con sus cracks mundialistas, juegue dos partidos más en Lima. El primero de esos partidos se anunciaba como un nuevo tope entre Alianza Lima y Atlético Bellavista. Ese match era promocionado como gran revancha, aunque ambas oncenas habían empatado el primer partido. El encuentro entre los íntimos y los campeones del mundo del Bellavista estaba programado como plato fuerte del nuevo año. Era el primer día de 1931 y el corazón contento del hincha futbolero, especialmente del aficionado blanquiazul, dejaba atrás las celebraciones de la noche anterior por el gusto de ver a Alianza Lima enfrentando a los campeones mundiales del Uruguay. Los seguidores del equipo de la Universidad estaban intratables desde que el equipo crema derrotase a los campeones mundiales. Era hora de demostrar que Alianza también podía doblegar a los campeones del mundo. Y con más fútbol todavía. Y el partido fue bueno. Alianza Lima presentó su mejor oncena y rindió una buena actuación. En el arco Valdivieso ofrecía la garantía de siempre. Soria y Rostaing representaban una pareja de backs cuajados. En la línea media estaba Quintana bien acompañado por Domingo García y Julio García. Y en el quinteto ofensivo solo faltaba el lesionado Neyra. Esa tarde sobraban estrellas. Morales, Sarmiento, Villanueva, Montellanos y Lavalle. En el campo de la visita la alienación también era de lujo. Allí estaba Ballesteros en el arco. Mascheroni y Nasazzi eran los patrones del área. Riolfo, Romero y Aníbal Dorado formaban una línea media muy afiatada. Adelante destacaban el veloz Iriarte, Lamas, Carbone, el famoso Manco Castro y Pedro Dorado. Para tranquilidad de muchos el arbitraje estuvo a cargo del señor Poole. Alianza Lima jugó bien y por momentos dominó con claridad al adversario. Una vez más Cochoy Sarmiento anotó un golazo, aunque algunos argumentaron una posición adelantada muy discutible. Pero se validó el gol, y al verse los íntimos adelante en el marcador, apenas a los tres minutos, Alianza mejoró más todavía su nivel de juego e hizo el deleite de sus seguidores jugada tras jugada. El esfuerzo blanquiazul 201
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