emociones, como alegría y sufrimiento en contraposición con la vida rutinaria y llena de restricciones de conducta y obligaciones. Sin embargo, no debemos olvidar que los sentimientos, cualquiera fuese su naturaleza, tienen formas históricas, son producto de la cultura y el tiempo (Escalante, 2000). Por ello, todo grupo de personas necesita transformar los hechos universales de la alegría expansiva y del sufrimiento en una historia que le dé sentido a la vida. Historia que se narra con el lenguaje propio del fútbol, con palabras, alegorías y referencias que nacen en los campos de fútbol e invaden otros públicos, más políticos e incluso académicos. La historia del fútbol es siempre una historia de rivalidades, lo cual revela la existencia de antagonismos bastante arraigados en todas las sociedades del mundo (Giulianotti & Armstrong, 2001). Según esta perspectiva, el fútbol tiene una naturaleza binaria al involucrar siempre equipos e identidades opuestas y enfrentadas. Precisamente, son estas oposiciones las que dan forma a las rivalidades deportivas, las cuales sirven cada vez más como mecanismos de diferenciación sociocultural. Las rivalidades deportivas, casi siempre, están asociadas a identidades sociales enfrentadas, sean estas de clase social, étnico cultural, políticas, territoriales, o nacionales. Richard Giulianotti (1999) afirma que las identidades sociales pueden tomar formas semánticas o sintácticas. Según este autor, la identidad semántica emerge a través de un proceso por el que las personas definen ellas mismas lo que son, tanto en términos individuales como colectivos. La identidad sintáctica, de otro lado, resulta del proceso por el que las personas definen lo que son a través de un rechazo enfático de lo que ellos no son. En suma, las identidades semánticas tienen sus raíces en la autoafirmación, mientras que las identidades sintácticas se definen por oposiciones externas. Basado en esto, Giulianotti propone la hipótesis de que la lógica subyacente del fútbol está dominada por la rivalidad y el enfrentamiento. Por ello, se colige, hay un predominio de lo sintáctico sobre lo semántico, y se crean así oposiciones en todos los niveles y espacios de la sociedad. Oposiciones que, cruzadas con las desigualdades materiales y de poder que caracterizan todas las sociedades, dan forma específica a las rivalidades deportivas y sociales. No obstante las ventajas del enfoque binario, es necesario relativizar la rigidez de las dicotomías, más aún si las identidades deportivas son, 18
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