Se le podrán atribuir multitud de crímenes, pero en el asunto Austria-Perú el Führer no tuvo responsabilidad alguna. Como ya quedó dicho, la FIFA manejaba el campeonato de fútbol de los Juegos de Berlín y los partidos se disputaban bajo sus estatutos. Se instituyó un Jurado de Apelación integrado por cinco miembros de la FIFA para resolver cualquier problema que se presentara en el torneo. Este jurado estuvo integrado por el francés Jules Rimet, presidente de la FIFA, el italiano G. Mauro, el belga R. W. Seeldrayers, el checoslovaco R. Pelikan y el sueco A. Johanson. Este jurado fue el que dictaminó la repetición del partido Austria-Perú. Ellos eran la autoridad en el campeonato, no los miembros del Comité Olímpico Alemán, sobre quienes, ciertamente, Hitler ejercía fuertes influencias. No olvidemos que estos Juegos fueron utilizados por el Ministerio de Propaganda del Tercer Reich como parte de la presentación ante el mundo de una Alemania poderosa y disciplinada bajo el gobierno del Führer. Por eso, no se quería que ningún incidente empañara los Juegos. El Comité Olímpico Alemán solo intervino en el caso Austria-Perú cuando se anunció el retiro de toda la delegación peruana y algunas sudamericanas, e intercedió para buscar una salida al conflicto135. En el Perú, sin embargo, hubo una confusión al respecto y se implicó en el asunto a todo aquello que remitiera a Alemania. Algunas casas comerciales de ciudadanos alemanes fueron atacadas y el presidente de la colonia alemana en el Perú se vio obligado a publicar un anuncio en los periódicos en el que deslindaba responsabilidades136. Esta es la versión de una fuente imparcial como la del periodista estadounidense David Wallechinsky en su monumental recuento de la historia de los Juegos Olímpicos. En la página 454 de esta publicación se habla del partido Austria-Perú. Transcribimos: El fútbol olímpico, ya debilitado por la introducción de las Copas del Mundo desde 1930 y la exclusión de este deporte en los Juegos de Los Angeles de 1932, recibió un duro golpe con los incidentes antirreglamentarios suscitados en 1936. En un partido por cuartos de final, Austria ganaba 2-0 hasta el mediotiempo, pero Perú empató con dos goles en los últimos quince minutos. Se jugaron entonces dos tiempos suplementarios de quince minutos cada uno. Para entonces, un pequeño pero bullicioso grupo de espectadores peruanos estaba ya exaltado de la emoción. Lo que sigue, depende del continente en el que sea contada la historia. Evidentemente, algunos aficionados peruanos invadieron el campo mientras el juego se desarrollaba y, efectivamente, atacaron a uno de los jugadores austriacos. El equipo peruano tomó ventaja de este caos y anotó rápidamente dos goles para 168
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