Ese gol existe 2da edición

El sociólogo Martín Benavides Abanto publicó en el año 2000 un análisis sobre Alianza Lima titulado Una pelota de trapo, un corazón blanquiazul. Tradición e identidad en Alianza Lima, 1901-1906. Allí sostiene que: [...] el discurso sobre el carácter popular del equipo tenía dos referentes sociales concretos. Estos eran el popular-obrero y el negro: —citando a un jugador de los años 20, Miguel Rostaing, agrega— “Alianza fue siempre un equipo del pueblo, hasta cierto punto, de los negros. Esa fue la idea de Alianza. Los jugadores del Alianza fueron miembros del pueblo trabajador. La mayoría trabajaba en construcción, y uno que otro tenía otro tipo de trabajo. A veces nos decían: allí vienen los albañiles, a veces allí vienen los negros” (Benavides, 2000, p. 45). En la década del 20 del siglo pasado, Alianza Lima proyectaba dos fachadas: una como equipo popular, conformado por negros; y otra como una institución que participaba de los torneos oficiales, sometida a control social, y que estaba dirigida por blancos. Los jugadores de Alianza Lima se presentaban como tal cada vez que tenían que jugar partidos en un torneo oficial o en amistosos convenidos por algún dirigente o empresario extranjero. Cada vez que los aliancistas se presentaban en partidos pactados por ellos mismos, abandonaban el nombre de la institución. Por ejemplo, los jugadores de Alianza se presentaron a jugar en la Fiesta de la Planta, pero no como Alianza. Se enfrentaron los choferes frente a los textiles. «En el equipo de los choferes jugaban José María Lavalle, Alejandro Villanueva, Jorge Kochoy y Demetrio Neyra, trabajadores del municipio, mientras por los textiles actuaban Alberto Montellanos, de la fábrica La Victoria, y Eulogio García, Julio Quintana y Juan Bulnes, obreros de la fábrica El Progreso» (El Comercio, 2001, p. 29). Aunque la mayoría de investigadores que han citado estos partidos sostienen que allí jugó Alianza, lo cierto que en la Fiesta de la Planta jugaron los choferes contra los obreros textiles, lo que era normal, ya que el evento era organizado por un sindicato de obreros. De otro lado, en 1929, Alianza Lima fue desafiliado de la Liga Peruana de Fútbol porque siete de sus jugadores, que estaban seleccionados, fueron suspendidos por abandonar la concentración del equipo nacional. Durante tres meses, el equipo se presentó a jugar en canchas de haciendas, pero bajo el nombre de Los Íntimos. De acuerdo al Libro de Oro, lo hicieron para evitar que los rivales sean también desafiliados si enfrentaban a Alianza. Lo que no dice el libro es que los rivales eran equipos de distritos 140

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