A BASTONAZO LIMPIO: LA HISTORIA DEL PRIMER CLÁSICO DEL FÚTBOL PERUANO Jaime Pulgar-Vidal Otálora El 23 de setiembre de 1928, en el viejo Estadio Nacional se jugó un partido de fútbol correspondiente al torneo oficial de aquel año. Se enfrentaron los equipos de Alianza Lima y el de la Federación Universitaria. Ambos estaban igualados en el primer lugar de la tabla de posiciones de la liguilla —un mini torneo final donde jugaron los cinco mejores equipos— con cuatro unidades. Mientras el cuadro aliancista había obtenido los títulos de 1918, 1919 y 1927; el de la Universidad debutaba en un torneo oficial. Por un lado, el equipo de Alianza estaba conformado por jugadores negros, albañiles, obreros y choferes, que pertenecían al barrio de La Victoria. Por otro, Universitario estaba integrado en su totalidad por estudiantes de la Universidad de San Marcos y, dentro de los patrones raciales de la época, eran considerados blancos. Aquel encuentro lo ganó la Federación por un gol a cero. Sin embargo, lo que más se recuerda no es que el jugador Pablo Pacheco haya anotado el gol. Lo que ha quedado registrado es que al final, el árbitro debió concluir el partido antes del tiempo oficial porque Alianza se había quedado con seis jugadores, tras sufrir la expulsión de cinco112. En tales circunstancias y, de acuerdo al reglamento, un equipo no puede continuar jugando, dando como resultado final la victoria de la Federación. Mientras los jugadores de Alianza salían de la cancha, los aficionados universitarios reclamaron al aliancista Filomeno García por su juego excesivamente brusco. Algunas frases duras surgidas desde la tribuna contra el jugador García hicieron que este reaccionase, y así se generó una gresca. Cuando todos los aliancistas fueron en defensa de su compañero, los aficionados rivales les lanzaron bastones, lo que hizo que años después este primer partido entre Alianza y la Federación Universitaria fuera conocido como el «Clásico de los bastonazos». 129
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