vinculación de dicho grupo étnico con la sociedad nacional. El Alianza Lima y sus jugadores eran motivo de orgullo para la comunidad afroperuana y satisfacían su necesidad de reconocimiento, en medio de una sociedad que aún los despreciaba por su pasado esclavo y su posición de inferioridad económica y social107. [...] efectivamente, Alianza Lima, quizás más que cualquier otra institución cultural, formaba parte de la imagen del negro durante las primeras décadas del siglo XX. Como fue el caso también del culto religioso del Señor de los Milagros, Alianza Lima funcionaba como un canal a través del cual lo negroide se insertaba en lo nacional (Stokes, 1986, p. 235). Las «derrotas» de la vida cotidiana eran atenuadas por la capacidad de ganar en la «cancha». Esto permitía generar espacios de reconocimiento en medio de su situación de inferioridad económica y social. No debe sorprender, por lo tanto, la fuerte identificación de la población negra con el Alianza Lima, el hecho de que cuando jugaba el Alianza, jugaba la «familia». 6. LA VICTORIA COMO EL BARRIO METAFÓRICO La cohesión de la comunidad aliancista, como se dijo antes, se representaba a través de la pertenencia imaginaria al barrio de La Victoria. Esta pertenencia imaginaria no negaba realidad al vínculo, más bien era una construcción cultural de una realidad operante108. Entonces, ¿por qué el vínculo con La Victoria? Más allá del hecho concreto de que el nuevo local del club quedase en La Victoria, estaba el significado que para la comunidad obrera y negra —los dos elementos centrales de la tradición— tenía el distrito mencionado. Entre fines del siglo pasado e inicios del siglo XX, y gracias al crecimiento económico de la época, basado en el incremento de las exportaciones (caucho, azúcar, algodón, minerales), Lima inició una serie de transformaciones urbanas. Estas «buscaban modernizar lo que hasta entonces era una ciudad tradicional y con fuertes rezagos coloniales» (Panfichi, 1995, p. 35). Esta modernización se manifestó, entre otros, en el desarrollo de las primeras urbanizaciones tanto en los terrenos baldíos al interior de las antiguas murallas como en las huertas y chacras ubicadas en los extramuros de la ciudad (Panfichi, 1995). La Victoria es resultado de ese intento modernizador. Surgió a partir de 1896, en los terrenos de la antigua 122
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