muestra, sin embargo, una historia que parece ser diferente. En primer lugar, además del dato sobre la edad de Foción Mariátegui, en 1901 algunos de los «fundadores» resultan tener menos de 20 años. En segundo lugar, sus nombres no aparecen en los archivos históricos del Jockey Club, donde se han registrado los trabajadores de las caballerizas. En tercer lugar, el stud como tal solo aparece posteriormente, con las competencias que se inauguran en 1905. Por ello, dicha «historia» parece ser el resultado de la necesidad de crear un pasado que guarde coherencia con los sentidos de la «tradición inventada». La tradición define el sentido de la comunidad aliancista no solo como equipo de trabajadores sino también como escenario de relaciones interclasistas de tipo paternalista, que en este caso se estarían expresando en el vínculo establecido con el presidente Leguía. El Alianza Lima se fundó en la calle Cotabambas, en el antiguo barrio de las Chacaritas situado en el perímetro interno de las murallas de Lima. Este barrio estaba localizado en la zona que iba de la avenida Nicolás de Piérola hacia la avenida Grau, en lo que era la portada de Santa Catalina. Esta portada [...] comunicaba los fundos y haciendas de San Isidro y Monterrico con la Facultad de Medicina de San Fernando, el Cuartel y el convento de Clausura Santa Catalina, el Parque Universitario y la salida al Callao (la actual plaza Dos de Mayo). Hasta esa portada de Santa Catalina fue que se ubicó la urbanización Chacaritas, construida en 1857 por Mariano Felipe Paz Soldán, y que estaba formada por los actuales jirones Bambas, Cotabambas, Inambari y Sandia (Ponce, 1994, p. 39). El carácter «popular» que a inicios del siglo XX caracterizaba al barrio de las Chacaritas se puede definir a partir del precio de las propiedades de sus calles principales. El de la calle Cotabambas era de 0,9 libras peruanas el metro cuadrado, equivalente al precio de las propiedades en el barrio de Cocharcas o al de las viviendas más próximas a Cinco Esquinas de la calle Junín (cuadra 14), ambas zonas populares. No respondían, por lo tanto, a las características de las viviendas de la élite: casonas próximas al centro de Lima, valoradas entre 5 y 30 libras peruanas el metro cuadrado. No obstante, tampoco eran de las viviendas más pobres, que estaban valoradas a 0,2 libras peruanas el metro cuadrado (Paulet, 1908). A continuación, veremos las ocupaciones de las familias de los principales fundadores y la educación que recibieron algunos de estos88. Los hermanos Pedreschi —Carlos y Eduardo— eran descendientes de 114
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