se refieren a identidades ciudadanas sino a identidades más localizadas, en tanto Lima era una ciudad poco comunicada y los habitantes construían sus propiedades en función de los microespacios públicos: «Lima [...] era más la conjunción de una serie de barrios con cierta autonomía e identidad antes que una ciudad moderna. Existía una cultura de barrio, local, que justamente tenía sus máximas expresiones en los sectores populares que buscaban alguna identidad ya sea en la música, la danza, la jarana» (Stein, citado por Del Águila, 1994, p. 16). En esos microespacios se compartió un estilo de vida marcado por la predominancia de un código festivo con el que se sobrellevaba una cotidianidad marcada por la ausencia de beneficios sociales (de estatus, de riqueza o de ambos a la vez): «[...] las jaranas eran espacios de identidad ritual donde individuos de diverso origen compartían una práctica de juegos, indulgencias y licencias» (Ortega, 1986, citado en Panfichi, 1995). Dicho lo cual, y según la información obtenida, se podría sugerir que el Alianza Lima de la primera época —Sport Alianza— habría sido un equipo que nació como resultado de la «socialización» callejera de un grupo de adolescentes que habrían pertenecido a las familias pobres y pobres de clase media84. Para la época (1900-1920), no habría sido un club ni del estamento «decente» ni totalmente del segundo grupo85. A continuación, veremos las características de la zona de la fundación del club, de la vivienda, las ocupaciones y la educación de algunos de sus fundadores86, que sustentan el argumento anterior. Cuenta la historia que un 1º de febrero de 190187, un grupo de muchachos que se reunía en el corral Alianza, habría fundado el club. Este corral, en el que se guardaban caballos, era de propiedad de Augusto B. Leguía. A él acudía un muchacho llamado Foción Mariátegui, sobrino de la esposa del ex presidente de la República y amante de los caballos. Este personaje solo posteriormente llegaría ser dirigente, pues en el momento de la fundación, de acuerdo con datos del Congreso de la República, tenía 16 años (en mérito a ello no tendría tanta importancia la relación del club con el presidente Leguía). El corral habría sido lo que actualmente es una «canchita», y habría funcionado como «potrero» para los fundadores del club. No obstante, la versión más conocida y difundida cuenta que fueron trabajadores del stud propiedad de Leguía quienes habrían fundado el club, y que, además, el ex presidente —por intermedio de su sobrino Foción Mariátegui— colaboró con tal fundación. La presente investigación 113
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