Foto 6. La foto más antigua del club Alianza Lima, 1911. Archivo Aldo Panfichi. Lo interesante es que la «memoria colectiva» del Alianza asocia dicha matriz con el origen social del club. De alguna manera, al crear el propio pasado se está delimitando el sentido de la comunidad: el Alianza Lima fue, es y será siempre un club del pueblo, de negros y de La Victoria. Pero, como hemos visto, no lo fue realmente en sus inicios, e incluso sería difícil decir que lo es en la actualidad. Así, siguiendo a Hobsbawn (1983), esas asociaciones entre el Alianza y los trabajadores, los negros y La Victoria, pueden considerarse como parte de su «tradición inventada»80. Lo negro y lo popular no solo son los elementos que tratan de delimitar el sentido de la comunidad. También operan como los elementos que establecen o simbolizan una cohesión social. Esa es una de las funciones que Hobsbawn atribuye a las «tradiciones inventadas». Siguiendo al mismo autor, esta cohesión social se representa metafóricamente a través de determinados símbolos o emblemas. En el caso del Alianza, la identificación es con un barrio. Todos se refieren a La Victoria «como si fuera» su barrio: La afirmación de que Alianza fue el equipo del barrio no solo para personas negras que vivían en La Victoria, sino en el Callao o hasta en Ica, nos sugiere el sentido metafórico que adquiría el término barrio, más allá del lugar de residencia. Afirmamos que existe todavía para los años veinte un vínculo de conciencia étnica entre los negros, un barrio negro en este sentido metafórico que —no casualmente— salía a la luz cuando se hacía referencia al fútbol y específicamente al Alianza Lima (Stokes, 1986, p. 239). 110
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