encuentra en «La fiesta de la planta» (Revista Amauta, doctrina, literatura, arte, polémica, 6, 1927, pp. 33-36). 60 Una descripción de un encuentro de fútbol entre el Alianza y la U a mitad de camino entre la realidad y la ficción, aunque muy ilustrativo, puede verse en Thorndike (1978, pp. 103-112). 61 «En todos los sectores de la vida social y cultural se impone la competición entre los grupos y los individuos, con sus efectos inevitables: mito del éxito, agresividad y conflicto, egoísmo y narcisismo. La dominación estructural de la propiedad privada, fundamento de esta competición, reduce la actividad humana a no ser más que una búsqueda de la ganancia, una acumulación de ventajas y beneficios de todo tipo [...] Este es el fundamento general y el deporte no es más que la perversión sistemática del instinto agónico y lúdico a través de la competición» (Brohm, 1982, p. 20). 62 Véase, por ejemplo, la encuesta realizada por Monde, la revista de Henri Barbusse, en 1928, reproducida en Amauta (N° 18, Lima, octubre de 1928, pp. 1-8): «¿Existe una literatura proletaria?». Sobre el tema pueden verse también Marx y Engels (1971); o el trabajo algo weberiano de Lukács (1978). Pueden ser útiles también los escritos de Antonio Gramsci sobre la cultura popular y nacional de las clases subalternas. 63 Pueden verse, por ejemplo, El Comercio de 1900 y la revista Variedades de 1911. 64 Sobre la oligarquía y el comportamiento oligárquico puede verse Borricaud y otros (1969), López (1978), Burga y Flores Galindo (1980, pp. 95-103), Pease García (1977, pp. 15-21 y 217-227), Gilbert (1982). 65 Un buen salario para la época era aproximadamente de 1 sol, véase, por ejemplo, Hunt (1980). Cabría agregar que la entrada al Jockey Club de Lima costaba 3 soles. 66 Para la regata del primero de abril de 1900, por ejemplo, el Concejo Provincial de Lima donó la copa en disputa; se formó una Asamblea Patriótica para, con el espectáculo, «acrecentar los fondos del monumento a Bolognesi»; participó la banda del regimiento de Artillería y concursaron señoritos deportistas como Luis Miró Quesada, M. Ortiz de Zevallos, V. Oyague y J. Althaus. Cfr. El Comercio, jueves 5 de abril, sábado 7 de abril y lunes 9 de abril, 1900. 67 Cfr. Thorp & Bertram (1978, pp. 21-144), Bonilla (1980, pp. 71-105), Burga y Flores Galindo (1980), Yepes (1980). Para el caso de Lima y las clases populares pueden verse Stein (1973), Sulmont (1975), Pareja (1978). 68 Un ejemplo muy hermoso, aunque extremo, de este tipo de personaje para la época, es Teddy Crownchield Soto Menor, el protagonista de la novela Duque de José Diez Canseco, escrita en 1928 y 1929. Hemos consultado la tercera edición (1973). 69 Dice que cuando él jugaba en su primer equipo de «segunda», el Huáscar, entre 1914 y 1918, pagaba 50 centavos por mes de cuota, mientras Israel Bravo Ríos (entrevista, 20 de junio, 1982), jugador de Sporting Tabaco a partir de 1930, dice que abonaba 20 centavos por semana en los años veinte cuando jugaba en las «divisiones de menores». 70 Para el análisis de la irrupción de las masas populares en la crisis de 1930, véase Stein (1973). 71 Para información de los interesados, Alianza ganó 2-0. 72 Para información sobre la formación de la Liga y la Federación, consúltese Borodi (1982, pp. 24, 32-33), y El íntimo, Nº 1, vol. I, 1962, pp. 23-24. 106
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