El Heraldo masonico

EL HERALDO. hrado la festividad del patriarca <le la órden, S. Juan nautistn, con una solemnidad y pfofusion dignas de Hprec-io. En estas sesiones los herma– nos estrechan mas los \'ÍOculos de la fraternidad y la idea consoladora de contar con leales ami– sos que se socorran mutuamente en las desgra– cias, espansía é interesa al cor,lZon. El solaz en medio de la confianza y la union es doblemente estimable. Los masones tienen sus holgorios en que conmemora hechos no– tables que ha<"en época en la masonería, y es justo que se dedique á ellos una demostracioo <le jubilo. Ademas: la festividad del Bautista es de l'ito, y los asociados estan en la obligacion de realizarla eadc1 a1)0. Anales masónicos.-Uemos procurado con– segui r los discursos que se pronunciaron en los funerales del que fué G. ·. Maestre,~- todas nues– tras dili;:;encias han sitio inútiles. No obstante que esos documentos honrarán nuestra puhlicacion, el objeto principal que nos proponemos es, que todo lo relativo a la maso– ncrfa quede grabado en caractéres indelebles pa– ra que la noche de los tiempos no cubra con su negro manto, piezas que revelarán a la posteri– dad, los progresos de la órden en la época ac– tual. Pero nuestra glacial indiferencia por todo lo mel'Ítorio y.apreciable, llega al punto Je que hal!ta elal:to<le remitir un legajo de papeles sin costo alguno, ofrece grandes dificultades. Dcjé– ::.enos lamenta1· la laxitud de nuestras costum– hres, y afiijirnos por el desprecio con que se ye lo mas útil, cuando lo innccesal'io ~• aun super– fluo alt·ae nuestra atencion con empe1'\oso afan. Desde que vió la luz pública cEl lleraldoo su– plicamos á los hermanos Venerablés y ~ecreta– rios de los Talleres, nos suministrasen datos v los cuadros del número de hermanos c¡ue tieo·e c3"da Lógia, para demostrar cuanl9s masones ha y en el Perú con esp~esion de sus grados y Ta• lleres á que pertenecen; y con sentimiento de– cimos, que algunas de las Lógias de las prnvin– cias han cuidado de remitirnos los cuadros, no hahiendolo hecho todavía ninguna de las de la Capital ni este valle. Despucs, cuando algun ma– sou trabajador, ú Oriente extrangero, pidan da– l'tS de este ú otro género, no habrá fuente de donde tomados. Nosotros nos propusimos hacer un cuadro estadístico de gran utilidad, sin gasto alguno para los Talleres; y por sensible que nos sea, tenemos que decirlo, que nose ha atendido nuestra súplica, siendo as(, que mas interesa á las Lógias que á nosotros. VARIEDADES. l OS AMIGOS (Af-TÍCULO ORIGINAi,.) 1 a amistad es uno de los elemento~ para la ví- da del hombre: Es indispensable que cada miembro de la fa– milia humana, tenga un amigo: La sociedad no podría conservarse -sin los vín– culos de la amistad: La amistad es un amor de infe.rior grado,bajo un concepto; y mu y superior, respecto de otro: « No se compra el amigo ni la querida: n « No se ha perdido todo sobre la tierra, cuan– do se halla en ella un c1migo fiob ª Un hombre de bien jamas tendra otro amigo mejor que su mujer:» « El amor puede existir sin correspondencia, pero nunca la amistad:~ a La palabra amigo no tiene otra correlativa que ella misma: M « X'ada pesa taoto sobre el eorazon humano romo la rnz de la amistad Yerdadera; porque ya se sabe que jamas nos habla sino por nuestro in– terés. Puede creerse que un amigo se cnga11a, pern no que quiera eoganaroos: alguna vez so resisten sus consejos, pero jamásse<lesproci.10: º La amistad debe ser siempre es.trecha y franca porque habiendo reservas, se pierde su influen– cia. El amigo fiel ye en los defectos de so amigo los suyos propios. Para que la amistad ejerza sus oficios, es me– nester que el amigo lo sea en la felicidad como en la desgrada. • 1 0 es la amistad solo para uno de los contra– yentes; es para ambos. Los vaivenes de la fortuna no son la brujula que dirijo la marcha de la amistad: todos los tiempos; todas las circunstancias son idéntica~ para tan sagrado lazo. Cuando se toma por pretexto la amistad para esplotar al amigo, se Yiolan las leyes sociales. i\las noble seria ostentar el crimen que cubrirlo con la capa de la amistad. !\o encon tramos causa que justifique la infi– delidad del amigo. Los ami::;os lo son 6 no lo son: en el primer caso el camino es seguro y sin re– sen·a; en el último no hay amistad, sino trai– cion. La ,1mi:;tad reune todos los víncuios, y por le– yeque sea la falla del amigo, se ha incurrido en grave desacato. La humana debilidad conduce á los hombres a mil errores, y es la mision de la amistad, sino enmendarlos, a lo menos presentarlos con toda su deformidad. No es verdadero nmi30 aquel, que conocien– do los estravfosde sn amigo, le niega sus conse– jos y le pone á la vista sus desordenes. El amigo es el depositario de los secretos de su amigo, por que tanto los males como los bienes necesitan espunsíon: esta es la comunidad hu– mana. La amistad para que sea duradera nodehe to-

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