El Heraldo masonico

o EL HERALDO. lículos, pero que no dejan por eso de tE'ner al– gun irtcres. Con este fin abre una seccion espe– ci"' , ~ ,t que los hh. ·. secretarios de los altares d 1Lima y el Callao, tendran la atencion de re– ,.•1tir, bien los dalos, ó los escritos arreglados para mirar en prensa; esto aparte de léis noti– cias que el encargado de La Revista, pueda ad– quirir por sí. Como en la última semana ni aun teniamos ar– reglada la forma que debia darse a nuestra pu– blicacioo, hemos descuidado de compilar los acontecimientos qne pudieran hacer estensa y variada la presente seccion. Por esta causa hoy será muy pobre tal vez, por que nada sobemos todavia que valga la pena de distraer ó interesar á nuestros lectores. RECEPCION DE MAESTRO. En otro lugar coloca– mos el brillante discurso pronunciado por el h. ·. Ronssean, al recibir el sublime grado de maestro mason , que le confirió el Resp. ·. Taller Crnz Austral, calle de Paz Soldan. Recomendamos su lectura por los grandos pensamientos que contie– ne asi como por el lenguaje elocuente con que es– ta expresado. Mientras tanto reciba nuestro que– rido h.·. Rousseau las mas esquisitas felicitaciones Je la redaccion de ((El Heraldo,» y la súplica fraternal de que no olvide sus columnas para en– galanarlas con los brotes de su inteligencia. INSERCIONES. A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·. Ven.·. Maesi.·. habia fabricado y tenia siempre en cjercww cuanto vemos <le bello y de sublíme, cuanto oí– mos de melódico y armonioso y cuanto reco– nocemos como excelso en la inmensidad de los espacios. /1 1Ser que tales portentos ha construido éo:i la eficacia de su polahru, y que está incesante– mente trabajando por meJio <le tanlos y tan complicados instrumentos, no ere) ó el filósofo deber invocarle con el nombre de Dios tic· las conquislas 1 Sefior de los ejércitos, ni ménos con el de atizador de llamas devoradoras. Sin obje– tae ninguno de los atri!rntos con que las escue– las teológicas le adoran y reconocen, él le ll~1mó con entusiasmo Artistc, y Artesano. Estas palabras m_e enseñaron a contemplar el Un i, 1 erso como un taller de labores estupendas, de industrias infinitas y de artísticos primores. Desde entónces he amado á los talleres qnc el orgullo ha desdefiado, y el nombre que se dá en la instiLuc. ·. mas. ·. a sus recintos·misteriosos, me era ya seductor, porqué me hablaba de llc– pública, de trabajo, de ilustracion y de virtud. En dos testamentos ha recibi<lo el linaje hu– mano la herencia ..celestial : estos se llaman ar.tiguo y nuevo, el antiguo nos muestra al Dios Creador, al Dios Artesano; A.·. C.·. A.·. D; ·. U.·., fabricando el firmamento; ordenando los globos rutilantes: imprimiendo actividad en la naturaleza ; dundo sonido , morimiento y vida á todo género de animales, y por fin, in– fundien<lo su propio aliento en el mísero polvo que debía levanlarse t ransformaclo, nada h1é– nos, que en hombre pensador. El trabajo y la caridad aparecen desde aquí, Yo he tributado veneracion a los Tal! . ·. Mas.·. como el mas espléndido ascendiente para llamar desde antes de haber conocido el espíritu que nuestras miradas al reconocimiento é infundir– los anima, los misterios qlle en ellos se rerelan nos amor v adoracion. y los símbolos sagrados que los decoran y e11al • El que s~be hacerse adorar, poniendo de ma- tecen. nifiéslo lo inefable de sus labores, quiso tambien Una palabra del eselarec ido americano Fran- que su creatura predilecta, el noble depositario l.li11 me l1abia heeho reconocer en el Ser S!ipre- de SLt ;_i!ieuto, el ser humano, se lcvanlára del mo un atributo que publica la natural eza y le c.iono á que su culpa lo arrojó, y se engrande– dan los libros san tos, pero qne hn desconocido ciera sobre la tierra; imilanclolc nsidua y dili– ó menospreciado la soberbia de los liomhres. gentemenle en amar y trabajar; por ('SO le pre- Aquel númcn de la fiepúhli ca del Norte no vino, como Padre y como )laeslro, que con el ~1e limitó a penetrar en 1,~s tempestades p.?ra ar- sudor del rostro se alimentaria la Yidu humana. ~11,,,,,,.ins el rayo y analizarle con audacia, sino Pero el hombre, que recibió la gracia de po- que ::trnIJ,.,, .. ~ "'IS esferas mas sublímes y 1n1jo der aspirar a su perfcccion, asemejan el ose .il Ar– nuevamente ilumi. 1da la vertlad eterna que los tífice que le formúa, excedió en soberbia é.11 ré– siglos habian mene. '1reciado. probo Luzbel, entregándose ni oeio, viviendo Encontró porten t.. ·unen te delineada la bó- del trabajo ajeno por medio de la opresion a sus veda celeste: simétrica1,. ' nte colocadas las innú- hermanos, y cometiendo la blasfemia de deificar meras estrellas: industri1.. 'lmenle di:;trrnuidos su perversion. los cordeles invi~ibles con qu., · e va eter_nz~1e~- Desde enló?ces los atributos divinos queda– l~ operando_ el giro de 1'.>s astros sobre eJes 1nv1- ron des<:onoc1<.10s: la virtud d<'I frab.ijo foó vista s1bles tamb1e1~, pero fiJos y seguros. . Halló el I como_oprobiosa: huyó de los alcazares, y fué a arl;, y ~I trabnJO en e_s~ vuelo de,los con~etas_qne refugia1:sc en _las_chozas de los pobres. eslan siempre descrtl.J1endo parabolas rnfin1 tas: \ Los siglos s1gmeron á los sin-1<>-~.,.. y conoció, en fin, que una mano omnipotente paso monumentes d ,J

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx