El Heraldo masonico
m. Lllm AL0O. tenwdas en el gra 11 siml1lacro de la Rodencion ! :Xo ha sido necesaria la voz do la campana: nin- 31111 ministro del altal' hace vibrar las palabras CY:tngélicas que ayer alimentaran el espíritu de ia Heligion: quien pnedo hahe1· hecho pues esle llamamiento, para que simullaneamento se lia– llc!1 reunidos aqni todos los licrodoros del reino de la gloria, para c¡11e se vea diseñada en oslo templo la imagen del puel>lo múltiplo do lsrnet.. ~Scní la fé tlel crisLianismo, cuyos ópimos frutos patentizan el triunfo del espiríL11 sobre la male– ri;1'!.. ¡Oh predilcc:tos hijos do Solano, quien puedo negar vuestros esfuerzos, vueslrns ardien– tes anhelos pol' evangelizar el todo de la huma– nidad; pero esto especta culo tan. magnífico, es– la coogregacion tan cspon tane,1, dontle solo se descubre una piedad sincera, don<le no toca la inmoralidad con su dedo candente ni las orlas del vestido de nuestras vírgenes: donde los sem– blantes ele nueslros mancebos acél tan obedien les el misterioso silencio de esta multitud católica que viene á derramar en el templo la mirra de sus corazones: á depositat· sobre la tumba del Cristo la siempreviva de su a111or; decidme es– cojidos del Serafico Patriarca, será solamente vuestra la prodigiosa obra que contemplamos hoy en el nwjestuoso recinto del llamado por Jcsu-Crísto?... o tendreis que reconocf'r tam- p.>r la tristeia, y solo p1·e-leodiora disipar gra– dHalmente el letarg0 que la abruma. No ha sido vana esta solicitud; ptros pareice que el soplo de la ma11ana, ompiez:iú agitur ligernmentoto<lo eso follaje <le seda y do argentería que forma los mas precios.os cambiantes de luz. En este mo– mento se ernpiozan a oir los écos do la Iglesia que hacen sentir una dulae esperanza: la mas l'isuet1a esperanza de los iniciados en Jos11-Cristo. El esplendornso triunfo del alma del hombre so– bre las vicisitudes de una vida do lránsito:en una sol a frase. La esperanza de la gloria Etern,1 !. cu– yo sendero debe trazar muy'en breve el Hijo del Hombre, l>nrlanclo con la virtud do los ciclos la fuerza L>rn tal de la tierra; <le t?Sa tierra donde acaba de lavar la fea mancha de la humanida el con la fuente copiosa de sn sangre: donde aca - ba de cancelar la enorme deuda del género hn– manot dejando sellada c0n su mnerte la mas su - blim~ de las religiones que debe concluir al fin por hacer de toda la humanidad una familia .... . (Concl-uirá) UZa:Q..JCJZAAPT ~;e 2 - INSERCIONES. Rfi:FUTACION AL DISCURSO PRO~l)NCIADO l>ien r¡ue la profesion mas íntima de esta hija de EN América, es la fé del cristianismo en su esencia: EL T ALL. ·• Srntt. ·. << r.o«STA.'{CXA PERUAl'fA. ,. de esa fé pura y delicada que alimentada con el dialecto edifican le de nucst1·0 selecto clero, ha- ce los mas grandes progresos en el cris tianlsimo plan de la fralornidatl univcrsc1I: ou la mislica ta- rea de la caritlad d,e Lodos los p11ehlos: en la loa– ble propaganda de la felicidad de toda la est irpe humana'?... Pe1·o<leteneos!. .. no es á mi débil pluma ni á vuestros cristianos labios a quien ata– l)e responder estas interrngaciones. Dejad que el alma resuelva aisladamen te el problema de sn focilidad, q11e Oios y solo Dios podrá ayudarle en sus prnl'undas investigacio– nes... DC'jaJme tambion mient1'c1s tanto dilata1· mi corazon en tre esta aimosl'era perfumada con el aliento de las rosas del lozano Abril. Dejadme senti r el invisible bien q11e llega á rr.1s sentidos envuelto en aromas incle!111ibles: ahora que sien– te mi frente el ósculo del céfiro de algun jardin eneanlado q110 oculta las formas de sus ílores con el manto de una noche de Muyo. Ahora que la in_1eccion de un rayodelu½, empieza á hacer un efecto a<l mi rabie por una de las naves secun<la– riasdel templ.. : qnc- ponelran<lo oblicuamente,se esparce por ese pavimento sembrado de inn11me– rables ílores, cuyos tallos delicados se han incli– nado hacia el 01·io1J te, quedando ilurnina<los so– lamen te los dorsos de s11s semblantes. Parece c¡ne la liija de ese soberbio astro quo nada lesu– pera, no se atreviese á descubrir imprudente– -mento á la hermosurtl cqando se halla plega<la Ven ·. ~1.· . y qcy.·. hh. ·. (ConclusiM J Bien conozco que mis razones quedurán desatc-n– didas, puesto que la proposicion que vamos dh:cu– tiendo fué admilid,1, y desde en1ónc-cs el espíritu mas.·. se ha desviado tic su primitivo orígrn; biet, conozco, V.·. M.·., que hay un iutcrés en que la ~la– sonerí,, se refunda e11 sociecli1d política, cuya niision llc\'ar;i el sello de la discordia, ultrajando á man::al– v.i á los pncíficos m:,soncs europeos, atendiendl) ,í que toda ofensa dirigí la il su patria la recibirian como SU}'ª propia; si t.il cosa no hicieran, darían una 1risle idea de su honra n11cionul, indignos como serian de li!ulnrse masones. E:! art.·. 579 no admite comentarios, dice así: <<El mas.·. es fiel u migo de su pu tria y de todos los hom– bres" etc. Está visto, pues, que e l mason, se1l cual ru<'re su domicilio, debe ser f1e l á su patria, renun~iando al influjú que pudiera tener en los Templos de la Fra– tr.miJad, poi' esto es, que tocio lo concerniente ;'1 la política <>s nbsolutamcnte fH'Ohibido en el s1•no do n:.i('stras l.ogios. Por mucha-s interprelndon<>s que• i:e <tuieran d,1r, abogando porque la política no es polí• lica, es una sol<'mne temel'idad, sería trncernos rr<>< 1 1·, que somús unos topos y unos consumados i¡::noran– tes de nurstras obl:gacionl?s, uo obstante, de los po– derosos fnndumentos mas.·. que lan el.aramcnle ho manif<>staclo. m qne ofenda á mi patria en Log. ·. desdeña mi dignidad como h.·., por fo tanto, en la órbita mas,·. e.; hnsta descortes promo\•er cuestiones de esla na– tu ral<>za, que no pueden ménos de herir la suscepli- 1,)ilidad de tantos hh. ·. aquí presentos, á los que no
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