El Heraldo masonico

Ei, IIERALBO. ~-- Uecibió el sello indeleblo de nuestra institu- 1 res. Qué hérmosa e1·0·s, iºh Lima~ hija del pa- ~·ion en el 01'. ·. de Francia y afiliado en el Pe- 4'cínco océano que qiurmura ~ tus pies Lu pr@sen • nianoenclH.·. Tall.·. OrdcnvLilierlad,anirna- teytu pon'enir, cuando llenado fé orasen si– .do del ardor masónico qne lo <:al'aC'lel'izaha fn6 lencio, hajo ~as bóvedas de tus cristianos tem- 11no de los fundadores de esto R.·. T:ill. ·. donde plos a ese Hombre Dios, cuyas últimas palabrns ~e tributa el .ú ltimo h0me:-rnje de aprecio y de fueron interceptadas por el sacrificio. i-Quién c·onsitleracion. :Vosotros c¡c¡. ·. hh. ·. sois testigos puede desconocerte, hija de Sion, ni enmedio do de hnliet'lo visto en este recinto seguir r0ligiosa- tu angustia, si á ll'avésde tus lógl'imas despiden mente los precoptos de~a mason. ·. Por cun tro tus ojos la luz de la mauana! Por eso es que si– Yeccs presidió esta Log. ·. y en cada ocasion, g11ieodo tns pesar~s todas tus vírgenes, todo tu •;ciamos lo pródigo que ora en consejos y cui - hoJa l'., al primero de tns manclalos se han rou– dados exigidos por la arn1s1ad; sin orgullo, s1n nido á lí para busear al esposo do los esposos, ,11nbieion, limitaba loc-:los sus deseos .il ejereicio al amante de los amantes, al amor de los amores, de las virtudes apaC'ibles y su modestia so ofen- á Jesucristo-!. .. cuando sigues interrogando eu– -<lia ele nuestros elogios, pues cumplia con exac- lrc ellas: ¿no le hal).eis visto hermanas mías que rit ud las palahrns que al entregarle el maliete ro- vegelais por las orilias del Rimoc? 1\li amado es g-ulaclor, lo decía su prcdcc:nsor: n Entre mws- el mas he1:moso de los seres!. .. como el sol quo Iros hermanos sois el primero» ¡Cu,ín·los bienes alumbra en la mitad del dia, así sus ojos son!. ... no ha reportado la masonería debic.!o á nuestro !-11 palabra corno las piedras angulares que sos– h. ·. Portillo! ¿Quién mas que el fiesp. ·. Tall. ·. lieMn el edificio de la verdad! ... su aliento co– J•;sl. ·.Poi.·. ha experimentado sus desvelos y mo el soplo de las brisas bienhechoras y sn doc– afones porC'onservarel nombre quo·tadistingue? trina como el mallá sobresustancial cid ulmal. ... En 1859 que por úlJima vez presidió los lra- ¡Triste condfrion, esporcierto, la que exijos, bajos de esta Hesp. ·. Log. ·. dió uAa prueba mas amat la patria mia, para dejarte contemplar toda de su celo masónico ,pues sin tropidal' a pesa r de cual eres.en tí!... i\Ias de una vez reunes a tus 1os ,1uspicios desconsoladores que entónces ex- hijos en medio de espectueulos llenos de anima– pcrimcnlaba el Tal l.·., se colocó al frente de los cion y nlegl'ia; pero no es esa toda tu abundan– trabajos y soslu\'o con fé, constan<:1a y abnega- le familia, no! y solo en tus horas de luto, cuan– «ion las columnas vacilantes ele la Log . ·. que do comprimt:s las últimas lágrimas de lu pesar, ~e ponia bajo s11 direccion. ¿Pero á que recor- es que te presentas ac.audillanuo cuantas bello– daros sus vi rludes cuando marchais sobre sus zas <leposi tas, coan las beltla<les ocultas en tu se– huellas? Espero que nuestra aíli ccion. sea uoa no de las impúdicas miratlas del m\ln<lo, y to– prueba de que ~lo hemos 0lvidado lo que fné das qµé portenlo1 ... en un solo luga r, en un Portillo parn nosotros y nosoti·os para 61. Por soJo templo.que simboliza tu regazo. Nunca mas nuestra parle recordarémos mientras vivamos el sublime estas que en esta hora, c:u..indo las Yír– instante doloJ'oso en que ha desaparecido de en- genes que mimentas con el ambiente puro de tu -:ire nosotros el h.·. Julio 111. •• del Portillo. focli- aliento se agrupan hácia a tí como en la noche nemos nuestra frente ante tamai'\a desgracia, é im- sombría del cristianismo, hu yentlo <lt I eslampi– plorémos h1 clemencia de n11est1·0 patlre celosti<1I. do <leJ rayo que semejan lo n la voz del Padre Oh soberano rey del rnundo,cuya ,,otuntad su- conminara al pueblo hebreo en el último tranco blime nin~11na i,Heligeocia puede comprender, del mas obediente de los hijos ele los hombres. ninguna palabra exprosar,recibcclemente lassú- Los rasgos C'a-raNerísticos de lu hermosura so ,rlicas fervientes, que hnn1illa(los anto tn iomon- dejan ver por el crespon que cubre tu s0m– sid,1d, elevan tus obreros por el eterno t.lescan- blante: tus faldas apénas pueden con le11cr los zo del h.· . que ¡í ti has llamado; has que tu in- numerosos renuevos de 111 belleza , que abruma– eon trastablo justicia lo enc11entl'e tan digno co- dos en su afliccion no se atreven á levantar sus motu misericordi;1, y que tu infinita bondad le rostros para pedirte una caricia maternal, .r si otorgue elgalardon con CjlJe roeompensas a Lns alguna vez se aban arrasado, en el llanto mas !t'eles hijos. Orsini. puro, la occilarion de tantas pupilas bellas re– medan las estrellas que tachonaran un ciclo os– curecido por la noche del dolor. Solo so deja oír el n igo mttrmullo que forma la seda de sus ropajes. ¡Cuánta agitacion no sufre el blan ·o y na<'a rado seno dentro do una cárcel do tercio– pelo quo hace pel'der el compas Je s11s ptilsario– nes! una sola voz no se escucha en medio de osa nrnltilnd que unida á la lobreguez y al silencio, viene á formar el cortejo fúnebre del Salvador VARIEDADES. LA GLORIA DE SAN PEDRO gN LDIA. Qué hermosa eres, ¡oh! bolla perla del Snr! ... cuando en tns dias de comp11n<"ion púmitcs pa– ::,11· por tu orienle las sombras c.lcl dolor: cnando en tus dias de duelo dejas caer el sen<.lal ele tns <·nhcllos impregnados de mirra sobre tu pudoro– "ª frente circun<lada tle ciprés y balsamicas flo- de la h11man idad. · (Co11limwrá.)

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