El Heraldo masonico
EL HERALDO. Y ni cielo clirigkudo su ruego enallccido La paz inunde a el alma, virtud al corazon. Alegres sonriumos, lo fúnebre olvidemos, Ocscubran nuestras almas oscuro el porvenir, Que en él está encerrado el mal que padecemos, Qne el mnl está en la vida, la paz en el morir. Boguemos entusiastns del mar en la brdvura natamos ton denuedo falaz supcrslicion Y dando á la ignorancia por siempr e st>pultura Obligue ni fanalismo morir por consuncion. Amandonos cordiales, llamándonos hermanos Que marque nueslra vida l,1 escuadra y e l compás, Y obreros sempiternos con s·enllmientos sanos Labremos el fu turo asiduos mas y mus. Con entusiasmo santo la imitacion logremos Oc aquel que ya es cadáver, ejemplo de virtu 1, Y nunac.los en un cuC'rpo la libertad brindemos Allá a donde existe terrible esclavitud. l)e ciencias el secreto, con sana sed buscando, '-e engolfo el alma nuestra, tratándo de seguir Virtuosa aquella senda qne é l mismo fué trazando, Y que es sola esa la hl'renciJ que dejan a l morir. Logremos e11tusiastas y con ardor sagrndo C:umplir aquí en el mundo divina es11 mision Que el hombre cuando ni.ce el cielo le ha cncargadp, Y <'S siempre la tarea de todo fiel mason. De Arquímedes c-ntónces en la hora postrimer,1, Oejanclo á lo futuro C'jc-mplo de virtud, ! ,eguemos ele verdades la m ucstra verdadera, Y otro él, e naltecidos, ganar el ataúd. Amor y tolerancia, fraternidad sagrada, Mason cosmopolita, e ll'rna libertad, Supremo un i\r'Tuitecto, la gloria deseada, \\la<>stros ele la t'icnch,, la ciega CAnmAo!! Valle de Limn, 2de Maro, 1862. E.·.\'.·. INSERCIONES. mscunso PRO~UNCJAOO El'I" EL TALL.•, «CONSTA.\CIA P'El\UA:SAll EN LA TE:s.·. DJ¡L 17 DE ~I.\111.0 OEf, Pl\ESE:STJ-: A~O. (Conclusion ) V.·. M.·. Y QQ.·. 1111.·. de patriotismo é incompetencia pnra regir sus destinos, si no supiérumos que sus gobernantes han ascendido y descendido del podar, en medio de una lucha constante y generosa, contra el partido acaudillado por el clero regular y secu– lar que ha sostenido la guerra civil á nombre de la Espal1a, el handalt1je de los caminos, los sa– queos do las casas cemerciales y particulares y en una p.ilabra, cuanta desgracia es posible con– cebir, basla colocar al triste Méjico en la penosa actualidad en que le vemos, y hocerle pasar, ante sus ruezqllinos detractores, como una na– cion incapaz do tener un solo hijo digno :de la confianza de sus compatriotas. Y bien, qq. ·. hl1. ·., el enemigo que amenaza a Venezuela, patria del inmortal Bolivar; que principia á mandar a Santo Domingo, la ilustra– cion y el progreso, apoyado en la cogulla y .en reales céduias; que olvida las disposiciones dic– tadas por el derecho de las naciones, y sin otra razon que 15 mil bayonetas, invade las tierras americanas de Méjico ¿le dejat·emos avanzar en sus pretensiones y callaremos como siervos in- • dignos? ¿Dejaremos abandonado al triste i\léjico a la dura situacioo de la infortunada Polonia? ¿Permitiremos se nos amague insolentes y el enemigo comun pise nuestras playas, sin hallar otro sentimiento que un punible indiferentismo? No, imposible sera creerlo de caballeros que para penetrar en este augusto recinto han confe– sado ser libres y de buenas costumbres. Que ocupacion mas digna del mas.·. quo la <le ense– üar al pueblo sus deberes, probar en América la necesidad de unirnos y en Europa la de que es– tamos unidos con tra cualquiera accidente des– graciado. De este modo la mas.·. perfecta pro– bara, una vez mas al universo, que sabe cumplir ose juramento ele odio eterno a la tiranía con que damos fin á nueslras asambleas ordinarias. J. G. R. Cautpolican. ·. Los publicistas asalariados por la España, al revisar 6 tomar nota de los cargos de la prensa americana y europea, contra su patrocinado, han ocurrido, para su defensa, a groseras ca– lumnias y ridículos paralogismos: mal ensayo, por ciet·to. delante de los americanos '1ue con- IHWUTACION AL DISCURSO PRONCNCIADO servamos luctuosas tradiciones del siglo pasado EN EL TALL. ·. Srnn. ·. «CONSTANCIA PEltuAN.,. » y principios del actual. Sin embargo, sus escri- Ven.·. M. ·. y qq. ·. hh. ·. tos, llenos <le una política, aparentemente gene- Hoy, que la mas sublime de las Jns. ·. se halla rosa, hubieran ganac.lose prosélitos, si ol i11for- en peligro; hoy, que entre nosotros va á desa– tuna<lo Santo Domingo, no fuera la protesta mas parecer tal vez la calma y la fraternidad, y que, lógica contra tan descarada u::;urpacion; La! voz perdida la brújula de nuestros deberes podria– nos hubieramos candorosamente alucinado, si mos precipitarnos al borde de un precipicio; esa expedicion tantos al'los pensada, no hubiese hoy, pues, <lcbo como buen h.·. levantar mi esperado, la situacioo difícil de nuestros hh . ·. débil _v humilde voz a fin de que su éco vibre en tle la Union Americana, para irá buscat· un así- lo!s ámbitos del Gr. ·. Or. ·. y fil1re basla el fon– dcro, un amparo ridículo en cortes extrauas; do de los corazones sinceramente mas.·.; al to– quizá no halltlriamos una razon contra esa po- mar sn defensa, cumplo como debe cumplir to– derosa liga, si no ,supiéramos la vergonzosa mi- <lo un soldado é hijo de la v Viuda.» Como ar– sion de un ministro.., no ante la nacion mejicana, q11i1ecto y obrero de paz que soy del augu~to sino ante Hn hombre, marcado con el estigma Templo de Saloman sostendré mi ptiesto con ignominioso del que vendiera á Santo Domingo, dignidatl ~ defenderé la órden hasta donde me quien sabe, en fio, si á esa importante region de sea posible; y respetando cual debo resrétar lils s'\mC- rica_, no la hubi6ramos condenado por fo Ita , leyes primordiales de nuestra purísima Ins. ·. ,
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