El Heraldo masonico
EL HERALDO. ¿Y es posible que una :tima pnra y honcs la se pros litt1) a :,'pierda en dcsrigra\'io dcun dauocrn que no licne parle? Tan fo del alcazar de los reyc_>s como de la cho– :ra del l;ibricgo ¿no ha salillo, por YCn lura, el t1dullorio? Luego no es la miseria (Jllicn lo produce. Tanto la grande é ilnstracla scliora, como la humilJo .r desnuda obrera ¿no tienen corazon? ¿Cómo es pues que unas y olras incurren en los mismos defectos'! La nmbicion pnru unM, el mn l trato para otras, dícese que son las cat!sas que muc\'en al sexo débil a tlcshonror nn matrimonio. Y sin cmbnrgo, ejemplos tenomos en la his– loria de -rrincesas mimadas por sns esposos, que han clcsceotlido lt:lsfa sus l,H'Uj os. Balzac ha dic-ho-<.J~I adulterio arraslra en sn s<.'gnimicnlo una comit iva lúgnbrc. Las l(lg ri– mas, la vergüenzo, el od io, el terror, crímenes sc<:re(os, gncrras sangrionfas, fomilias sin j efe, la desgraria , se personifir.;rn delanle de mí y so leni nf,rn do ropen le cuan Jo leo la voz sacramen– t~d adulterion. Y en verdatl; pensar solo en el adullorio es la enformedatl mas grave, el dolor mas agudo y la plaga mas insoport ,l\ilc. !<:s cierto que ninguno ele los conyt1jes debo •violarla fé, y lodo murido in11el que prin1 a su mujer del úniro premio de los aus teros deber0s de s11 sex~, e~ un hombre injusto y harharo; pero In mnJer 1110cl harem.is : disuelvo la familia y rompe lodos los vínru los de la naturaleza; <fondo al hombre unos hijos que no son snvos liare traicion 11 los unos y ú los olros, y ü la inO~ delidad al1ade la perfldin "· Par.i e\'i tn1·, pues tn1naflos males, lo mas prn– clen_lc sera que cada uno oc-upo su puesto: la mUJCr desplegando su dulzura y ,1m:11Jiliclad, y ol hombre mostrünclosc fu erte sin ostcolarion. En el nrnlrimonio In mujer es el alma, el ltom– hre el brnzo-es decir, aquellá lo idc:1, el con– suelo domcslir.o: esle, el vigor, la aclividad y la i 11leligo1wia Cuera de ras.1. Estand o_ cada eónyuje ocupado de s11s red- 1~rocas ohligariones, tal vez se c:onsiga desmen– tir á los muc;hos autores que aseguran, «q11c l'ntre Lodos los conocimielos humanos es el ma- . . , tnmon10.el q110 ha hecho .neoos progresos». ¿Porquó la sociedad no Ita de poder enmon- dar sns errores? ¿Quiénes consti lu rcn la sociedad? Los hombros. • Luego siendo ellos los sei'lores de la crcarion, Y.estando animados por una íllma inteli~cn te y vigorosa ¿cómo es que dcsconfian de poder co r– regir ó eslirpar el vic;io mas pernicioso (l tollos y i1 cada uno de los miembros del cuerpo social? La f11osofía , la navegacion, la nsfronomfa, casi toc·nn a su perfectibilidad por <.'I ingenio del hombre, y si algo les folla todavía., es poi· igno– rancia. ¿Por4u6, pues, el matrimonio no ha do poder perfoccionarso, cuando esla al alcance do todos y no requiero olra cosa que el amo r, un sentimien to qnc poseen hasta los brutos·? ¿Cómo es posible consen tir en que la institu– cion mas recreativa y cousoladQra, tenga el fa– tal anatema de los hombres, y se la califique como orígen de todas las desgracias del género humano? ¿Cómo os posible que los siglos y los honihres no hayan podido encontrar un modio para a te– nuar la idea qnc la sociedad tiene <le si lllisma, relativamente al matl'imonio? Y tan 16jos de enconlrarlo, parece qne los he– chos quisieran burlarse d0 la humanitlau, por que c:uanto mas civilizados son los pueblos, tan– tu marores son los crímenes de int1delidad. Pe,:o esas leyes sevcnis) terribles, que todos los pueblos han acordado para casligar la trai– cion en el matrimonio ¿porqué no se ponen en C'jercicio? Ah! La juslicia se 1·cpresenta vendo.tia, y si los boches no son tan claros c-omo la luz, la jus– tici., no puede ejercer sn dominio. 1lNSEB.CIONES. DISCURSO PílO:'IIU~CIA0O E.N EL 'fAJ,L, '. IICONST.\:-CTA rtmU,\/'i\l) E~ LA TEN.'. D~J. 17 lJ.ll ~l.\ IW.O lH!I. l'Rl(SE~•rn AS:O. v.·. 1.\1. ·. 'i:_,QQ. ·. 1111. ·. Al iniciarme e n los augl1$t0S 1'nisl<>rios de In maso– nería hice juramcnlo solem1w di' susc-r;bir á la ca usa de l,1 humani lacl. 8,1hin qu~. C'n C'I tC'mplo masón i– eo, r1·ln,,ba la pu:r. y la armo11ía, y la violencia de las pasionl's no imperaha Pn este 1·cci11to de amor. Sahta qtt<·, el a1·le de gohl'rnar, da1· leyC's y reglamentos para formar la C:,lruc·111rn de un estado, eran cosas i1,cli~na · de eslc asilo, ¡wro 1,0 potlia ignorar, que la ese1wi:1, el p1·ineipio fundamenta l de la mas.·. estaba dh·idido e n un hermoso prog.r.1mn, lihrrlnd, it ualdad, fraternidad que forma, r 11trc l,,s hombres, nn estre– ch o dneu lode amor. l)c:;p11cs h e visto,\'.· . ¡1I.·. l' qq.· . hh .·., que se ha querido haerr una amnlgallHl ele pasionrs meiquinas y scntimirntos generosos. Jl¡l (!lll'rido a11toj.icb.amcntc C'<>1>fu11djrsc (;is ru in es pcri– pecins de esa pulíliea que traduee e l n,odo ele apre– ciar como ~ol>ierno tul ó cual gahinclc, con la po!fticn 11ni\'ersal que C'nenrna la jusliria, e l amor á la hu– m.inid,,d y el sa n to scnlimirnlo del pa t riotismo. Mis proposiciones,\' ,·. ~l.·., que no encic·rr:111 0lrn cosa que e l ~<' nc1·oso deseo de asendrar mas y mas el s1•11 timiq1110 p.,triólico de cuela ciudnclano americano. ilu:,lr,1 1·lc por el único órp;,1110 compell'ntc, la prensa, (•tl el cono1·in,irn10 ele sus rclaci<m1•s nacionales, sc- 1i tl,1rl<• la folse<lad y la inlrig,1 y ponerlo en acedio ele su pcrsonalicl:icl y propicdncl, disc111rir . obre los manejos j cs11íli1·os ((ttC emplt•an audacrs enemigos }' clc•s,·01Tf.'t' el denso YCIO que oc·ulta la · iluacion po– silh·,1 cl<·I dc:-gr,1ciado ~l~ji<'o, prl'mttnirnos conlra e l a u cla:r. a\'1111cc de la ftte,:r.a hrut.i, porque e:. imposl– b!e, abso!utamc111e imposible, que la r1•prcsr11tado11 ele la fuer:r.·1 <•xistc-nlc en \'era1'ru1, no e nca rn e algu n pensamienlo acia~o p:1ra toda la Amérira; nais propo-
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