El Heraldo masonico

✓ ~L_UERAL O MASORICO. Año I } C~Hao, -~~~ad~ 1i!1; a~ril de Uls;:--''º' -\Ñ~.11 ~~ffi<i~~~~m2';;,;}:;Z'~3..~~~.t'i'm.~"l~,:]~~~ n¡ ~ n~ n \LDO ,J origen del masonismo, entónces trataremos l,1 11 l i lHli · , cuestion roo calma y dclenimiento, mientra~ ....,u:,c,,:r.m....,,.,...,m;,,.,.,,,,._i:maa==--~ tanto pasamos por alto el fcilso aser to del que f11é C.•.u,o, 12 m,: A1rn11, 1m ·J 8ú2. , fracmason, parn ha<·er u grondes rasgos, la c.le - li't!:tmtffi:mi fcnsa Je los caballeros del templo, r¡ne le han proporc:ionado motivo para herir a una c:00°-ru– gacion huma1{itaria y cristia1w, sin otro fut~J¡:¡. monlo qlle su odio i1 lodo aqnello qnc en totlos; tiempos lia teniJo tendencias do transparenlar EL '!'ENE:.EWTE G.·. MAESTRE. los ahnsos del fnnatismo y la s,upersticion. La mnsonería pCJ·unna ha perdido al segun- « L, 1 6rden de Cuballt•ros del Templo, dice el clo jefe ele la órden: la masonería llo)·n la clesa- a 11 tor, ~116 estalile~iJn por Ilug11os de Paga11is, paric:ion do una de sus m0jores y mas luminosHs Ella lenta por objeto lodo lo c¡uo una caridad aniorc-has: la mnsoncría esta ele luto por tan fo- cristiana IH1oc.lo inspirar de celo en favor do los ncsto ocontec:imiento, y los hermanos del Orien- fieles a qui enes la piedad movía 3 visitnt· los lu– l o Nncionnl clevrto sns plegarias al arquitecto ele garcs san tificados por la presencia del Sa lvador. los 1m:ndos para que allü, en el ciclo, rociba el 8stos cabulleros, que al principio so contentabnn iluslre díf11n10 el premio de sus ,·irtutles. ron hospedar y guiar a los piadosos vinjeros, fe « m Hernldol) 0ntapiza sns columnas con el hicirron lu<'go célebres poi' sus empresas contra negro ere$pon q11e la sociedad Ita cslablecido los sa rracenos. Se puede <lecir, que su vnlor y pnra mantfcstar el sentimiento qoe produce la su pi_odad les adquir!e:on una ropu tacion pro– pérJi<la deun serqnerido; poro «m Heraldo no pon·t?n_adél á l~s serv1c1os qt~e prestaron al m11n– se ,·iste c:on ese traje solo por ccrcmonirt , sino~ L_lo c1·1¡trano. l<..I Papa rnu_ge1110 m confirmó esta porque el preclaro h.·. Julio Manuel <lel Portí-R orden, que muy luego vrno a hacerse famosa cu llo, tiene para nosotros nn recuerdo especial,. Loda la Eur~p.-i, y~ por el lustre do sus a:-mas 1 a.dqt1il'ido con su asiduida<l y eleYadas ideas (le ~-a por sus b1e~cs 111mensos_. Ella co_n~orvó ?s.tas ltberr:id y tolerancia. ultimas veol 3Jas, mas perJ10 el ospmtu reltgro- EI Teniente del Serenísimo G. ·. Maestre del • so al cual debía su existencia y sus prosperida- Or. ·. Nac. ·. lia pasado :í mejor vida. cl?s. De t~I suerte, c¡oo la posiciOJ1 ~IU? se lo lw- ¡Digno h.·. descansad en paz!!! bra dado Fu6 un motivo de arrepcnl1m1ento. No ora yi.l una simple relajnc·ion en la pr(lcli<'o J e sus primeras virtudes; se les reprochaban críme– nes horribles, atentados inaudilos, que en íln cansarnn su' rnina. Cuando aun ellos estaban en Lodo su poder .V qne era nece5ario mnsq11e va- 101· para osnr habliH de sus vicios, .i\Joteo París los acusaba ele h(lber convertido en tinieblas lns luces de sns predecesores, <le haber abandonado su vocacion poi· cntre~arse a la ambician y a( <lesnrrcglo. Bllos habinn venido i1 ser tiranos usurpddores injustos. Puestos con iuteligcnt:ia con los infieles, haeinn abortar los proyectos de los princ:irios cris1innos, traicionaron a Federico JI comunicando sus planes al Soldan e.le fürbilo– nia, <µtien cleteslanc.lo su perfidio, ~o a<hir 1i6 al empe.t'aclor. Sus otros crímenes no eran ni me– nos enormes, ni menos nnme1:osos; mas h6 ar¡ní lo bastan le para comprenderse que no debía sor– prender la catástro fe por la cua l pereció e:;ta or– den tan famosa.,> fTISTORT,\, DOCTRINA Y FIN U OBJETO DE LA MASONERIA. (Co:ilintwcion del N. 0 8.) Como nuestro cmpui'lo es desvanecer los ar– gumenlos plant c;:1<los en el libreto que un hi– pócrita ha escrito üngi6ndose mason, no rrnere– mos dcja1· para mas larde la contimwr.ion do nuestro trnlnijo, aun cuando nos veamos prec·i– s,H.los á poslerga1· la publicarion de materiales que algunos hermanos han tenido la bondnd de remitirnos: ,·olvemos, pues, contra el difamador <l~ la rnasoneria, y empicando sanos razona– mientos y alPj,\ntlonos do la diatriva tenemos le en que el folleto qnedara reducido {1 la nada, Y que nuestros lectores se convenccrun e.le la te– meridad con q ne se atac·a á la asociac:ion mas pura, mas popular y mas domocratica de la lier- · ra. . El autor se c~n trae a proJH11· que la masone– na.actual es derrva<la de la órden de templarios; p~1·0 co~10 sus rcw;oncsson de tan poca signiGca– <l101i, 111 aun vale la pena de ocuparse de esa parte del libreto. Cuando sigamos h.ablando del Así se expresa el aulor que Yamos refutando con respecto á los caballeros templarios. Coufit3- sa que ellos se ocupaban en practica1· obras rue– rilol"Ías, que combatieron . á los enemigos úcl

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