El Heraldo masonico

de una pcrpe t ~rn n1:1ñ:111,1 sin sombr,1s ele tPmJ)csl.1d ¡ es-l,1 rcl i::;ion érisli na q u e bril la en la e te rnidad. ¿\"ei:; e l ros trn angelical de aquella drgen de amor, qne de r rama en lodo umbral el I ocio celeslial qnc cicatriza el dolor? 8uscando la oscu ridacl huye l:i lisonja ,•nna ese ángel de la piedad cs-!a caridad cristiana que alivia ú la humnniad. l~I :smor, la caridad son asl ro:; d e he rmosa luz fuen les ele e trroa V<'r<lad q ue Dios quiso en su bondad dejar ni pié de s u Cl'\11 .. C. ·. A.·. S.·.-Virt11d y EL lllfüALDO. Unio11. ciase en los pensamientos rtu>s delicados: pro– cu ra fo rma r la pu rte capital de los princ·i¡,ios constituciona les de la vida del espidtu, y haeie-n– do bel>er su acíba r en l a sagrnda copa <le In mo– ra li cfad , habla al coruzon li11mano eon las pa!a– brasde la persnasion, valiend0se para ello,de un modo sucrílego, de todos los actos caraclcds– ticos a la virLlH.l . Adelantando mns en su ciencia este génio do solauor, ha hecho de la hipoc resía el arte rle la fáci l do111i11acio11, y desdorando, por no decir mas,el bendi to nombre de laFra ternidad , lo,·an– la bajo su blanca bandera, coogregacionos do hombres que de grado ó por fuerza tienen quo harcr sentir en tro la mu ltitud bien in l('ntiouada, la fuerza ~o la simolacion y el imperio de una práclic·a n1entitla. Ah! y cuantos tal vez, cuya constitntion hu– mana, fnó se11alada por el dedo de Dios para morigerar las coswmbres de sus ~enH'ja n{es: LA FH.ATEHr'\l D:\O. cuan tos de estos seres iuiciac.los dese.le el so lemne Harto sensible es V. ·. Miro.· . qucalobed<?- momento ele su cxaltacion al sentido <:onrnn, cer vuestro manclalo, longa e¡ ne d iserlar solJre el no gemírán biljO nn peso tan oc.lioso ;1 1,, s aspi – principio mas cu lminanlc del sig lo; y que la raciones del alma bien nacida. Por eso es tal ignorada pluma de l último de vuesLros obreros YC"/ que todos estos apóstoles, «llamados sin sel' <laiíe 1al vez las lozanas ílorcs dc la corona lriun- nombrados,, pcnnitaseme decirlo a:>í, por C'SO fa l que por lodo el mundo p.isca la virgen ue es que , hasLa en las s;,n tas d\tec.lras de rrn1?1an la Fra tern id;id. V<:ldla ahí. . .Joven aun en la el perfume e.le las verdades cvy ng~lic-as, i:.in ha– travesía de las Yicisilodes l111manas, ca_nina lle- ccr sen tir los abrojos de un tctTorismo si n fru– na de esperanz;)s: :rnlagüciías esperanzas qnc cu to: de ese ma1 lirio menla l que impide los vnc– au iluminada men te vo rnaliwrse cun la risa de los del alma a las contemplaciones de la Bondad los quernbinos. Siempre ins pirada, no puede Suprema. Quien es aquel q1.1e puede desde– detenerle en la mitad e.le su camino, ni el iofor- üarse de oir las palnbras del Cielo. Polillldos lunio, ni el tlerrnmbamicnto Je las ins lit11 cioncs se ven los lr'mplos e.le la tier ra en <'Slus horas políticas, ni la tlin~rsidatl del lenguaje ltumano, de bendicion por lodos los hombres sensatoc;, ni las va1·iatlas creencias e.le los hombres: con cernienc.l o, por decirloasi, la uocion que p11l•do menos;palabras: ni el este rtor de la misma muer- aprovecha rse de las subli :nes verdades tllliH•r– lc . salmen te reconocidas. ¿Quien pneJe nega r, Si con los ojos do la fó miramos siempre a sin hacerse roo de Dios, <¡ lle la promul~a ·ion nuestro lado el ángel lutela1· que nos guia en la de los principios r('ligiosos incubados en la mo– pcrcgri nacion, de nuestro espíritu sobro la ticr- rél lidad, c-onsti tuyen ta salud de lus sociNladrs ra;• precisoes rcconoccrcomoverdaLI e,·ang(,lica tempora les, como ele la e:dslcnc:ia es¡,iri111a l que la Fratern idad, es el angel que vela por to• del hombre? Desgrac iado del que contes1aso da la cspecíe humana sin ninguna dis tincion. ncga 1i\·ame11te; pero que esta elevada obra, ¿A que extremidad del globo ll egará el hom- discfü1cla por el Gnlll Justo: sellada co:1 e l úl– brc que no encue1it rc al tares levantarl os á esta ti1JJ0 de los sacriü<"ios, sea llevada a cabo, en deidad bienhechora del linllgc hnmano, <'U~ as I C'I 5Cntido litera l tic su volun ta<I suprcmn. Y -aras so ven siempre colmadas de Yirtuosasofren- si la humanic.lac.l enlera es proh:jada por Dios, <las: cuyas bóvedas cubren en todos tiempos {i cual puede ser su paternal designio, sino la Fra– los hombres crcac.los para e l bi e11? Tenebroso lernidad. <lehc ser el lugar ue la tierra dondo 110 sea pla- En dooJe hallarl1 el Maes tro de Nasart la rc– <'Cn tero el pron11ncinr el nom l,re Je he rmano. so luc·ion desu g ron prolilen1a sino es on la per– Un d ia en lcro tic cx is1cnc·i a sería demasiada car- ícct1bilidad de la hermandad de todos los liom– ga para una tribu tan desventurada. , lires. A que, si no a este loable ftn se inr·l i11,iro n Pero dcsa for t11nurlame11fe el genio Jcl ma l sus sin, bóli cas pnrabohis, vcrdaderamcutc soni– que enlodas partos s ienta sus malo,.;, bajo abo- bradas en las playas del Tiheriades. En q_uo minablcs auspil'ios: que todo lo tfo lia con sn ve· v<:nc.lrau a conc:lnir los hombres con tan to 11 1- nenoso aliento de la ma nera mas sutil. El ma l, ,-ulcar sobre la í'eliciuad hunrnna , si no es en que no puede ya med rn r entre los hombres con la verdadera fraLcrniuaJ, imagen exacta .e.le la la simple cnnnciacion de su nombre, medita in- novísima Jernsa lcm de la Escritu ra . . .. . . ••·• · · • cosan tement o los disfraces mas oportunos: in(- G1·0.ndioso írnlo, desprendido de la cumbre

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