El Heraldo masonico

EL HERALDO. INSERC!CNE§. SS. EE. de «El Heraldo Masóni<.;o». (\'éasc el nú 111ero anlcriol') · (Conclus!·on)t,.; . Qué es pnes la masonena? !\fas.·. es la cien– cia que abraza en sí todo lo que hay do grande en el mundo, es el centro de los princípios mas sagrados, es la prúctica Je las doctrinas mora– les, es el lazo fraternal que liga a los hombres y les enseiia á amar y respetar su imagen en la de otro hombre, y los coloca en la balanza de la concienc ia; mas.·. es el castigo de los ini cuos, el azote de los malvados, el premio, el sendero del bien. Ah! cuan grande, cuán el'evada es su ins– titucion. Sí, el mundo llegara a comprenderla tal como es; pero no ha venido el momento, al– gun dia florecerá , algun dia esa que llaman hoy bastarda, será la diosa del mundo! La institocion de las naciones cuesta raudales de sangre, y como todo lo que está mandrndo con ella, son espúrias; las sociedades so renue– van y esa sangre queda indeleble, qué les qne– <la? clespues ele su esplendor opaco qué existe? Nada, no pas2do de iniquidad, un presente y un porvenir impenetrnbles. No nsí la l'l'l. ·., siendo la nacion uuiversal y mns potlerosa no la derra – ma, no tiene verdugos pa ra sacrifica r a sus ene– migos, y por esto tarda, por eso ha tenido que Juchar contra esas edades de sangre y fanatismo y siempre pacífica y tri unfante no han podido derrocarla, pasa las edades y siempre en medio Je sus contratiempos, renovando sus' adeptos, vuela á renlizar su porvenir; pero no el de 1-as sombras, no el de la memoria de las iniquidades pasadas, que no existieron, la propagacion y prúrtica de In vel'dadera Libertad. Cuantos siglos de combate, cuantas peripecias parn llega r á la altura que es lú; pero siem– pre pura y siempre dorninnndo, siempre te– mida sin tener verd ugos , siempre oJiada'. por el ignorante, pero ena ltecida por el sabio y el mendígo, y volando en sn marcha insensible y rapida cua l pensamiento, aumen ta su número y se avanza al porvenir. Oh pueblos! llegaracf dia en que la F.·. 1\1. ·. triunfe en todo el mundo y forme de las sociedades la gran familia, en que los hombres llamanclose hermanos y unidos por el amor sublíme ele la bondad, sean felices, es la única que lograra este objeto, porque no impone, comence, es la sola que sin haber sacrificado la Yida de sus hij os y sembr,.tlo cadaveres en las filas de sus enemigos, adelanta á las edades y domina al mundo. Vtro. ·. h.·. h. ·.-Empeci1:ado 2º--C. ·.- 0. ·. de Lima, !o Ma rzo 1862. DISCURSO PRONUNCIADO POR EL on. ·. F. ·. Aneo Gn. ·. 18 EN LA TENIDA ono:– NARIA EN QUE TUVO LUGAR LA IJSSTALACIO:'l DE LAS JSUE\'AS DIGJSIDADES. Para cumplir mi dl'bér como orador del R.·. T.·. Justicia, puesto verdaderamente muy supe– rior a mis fu erzas, debía mostraros hoy el pro·– clucto de las tareas de la Logia; pero el estado anorn>al y la ansiedad en que se encuentra aún toda la Fraternidad der Perú, me hace posponer para mejores rpocas esta labor, al mismo tiem– po Jo correr un velo denso sobre los epis0dios mnsónicos del aüo que va a espirar. Días ven– dran- mas felices, en que el arto real y libre ele la Masonería, presen te anualmente los sazona– dos frutos do sus fatigas. Dias venclran en que no se tenga por utopras las creadoras ideas del misticismo, y que una vez difundido el fuego de la fé entre los obreros del bren, so drje de es– carnecer y ele l'iacer parodias indrgnas de ese gran pen l:isíla bo del mundo <( Regeneracion ,, . ... l..fo-tónces y solo entónces queridos hermanos, nadie se sonreirr1 cuando llamemos templos lo~ lugares de nuestras íntimas conferencias, ni se propagará esa funesta interrogacion.... ¡,Qué se hace en la Masonería?...... Pero ese entón- ces, so aparta cada vez mns _de ,;iosotros!. ..... Será acaso una sombra va na que se goza en burlar nuestras esperanzas?..... O es el gónio maléfico que sigue escogitando los medios mas– exquisitos para destruir la l\fasonería?.v, . La l\lasonería, primera y postrera áncora d~ la sal– vacion del género humano: medio altamente eficaz que el Dios de todos los hombres nos le– gara desdo la cuna ele los siglos, para levantar nuestra especie'ii la altura de la perfeccion. Qué– haría el mundo sin la Masonería? Paralíze·ri,se por una decena de aiios sus efectos, y S'e sentira el desnivel de la sociedad. Se veran desa pare– cer esos sa ludables principios que f,e han ido inoculando Je goneracion en generacioo bajo el emblema ele una pnnacea mística . La misma fa– lange de los matos la aclamaría: porque si respi– ra aú n y pisa indignamente la tierra, es debida á la tolerancia y a la preclicacion evangélica di la Masonería, que bajo el misterio de la noche, sigue iniciando insensiblemente a la humanidad en tas verdades sublimes: verdades que en la mitad del (l¡a ofusca rian las pupilas del fanatis– mo. Por eso, venid nquí los que comprenJei~ esta sagrada instilution: los que nó, aguardad á las pue~·tas del templo, porque la l\fasonería si– gue tra bajando para vosotros y para vues~ro~ descendientes. Así mismo los que no tengais fé en la perfectibilidad de los hombres, hechos por Dios para decorar su asiento, no lo divulgueis~ no, porque matais con vuestras palabras al mis– mo tiempo de aniquilaros. Sino teneis fé, pedidla que se os dará con las frases del Evangelio– • Cien/o por-uno»-No volvais, pues, a pregun– tar qué se hace en la Masonería d espues de sus austeras ritualidades, poaque ese simulacro sa– grado lleva en sí la savia de las buenas acciones: son las idees preparatorias de la beneficenc: ia, sin las cuales el círculo del mundo profano sería

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