El Heraldo masonico

EL HEBALDO. ro al dirijirme a vosotros qq. ·. hh . ·. po r tal causa, creo un deber manifestaros la idea que tengo fo rmada de la masonería, la trad uccion de esta es nada menos que ia esplanacion de mis pensamien tos . Educado desde mis tiernos aiíos por un pad re que su po inculca r en mi corazon los senti mi en– tos humani tarios, produjeron estos luego su con– secuencia inna ta, enel desarrollo de mi s ideas, el amor á la libe rtad . Desde que el hombre nace tiene nn derecho en los bienes que la nat.urale,a prodiga , pues que siendo ella una metáfora del G. ·. A. ·. D. ·. U.·. y el orbe obra de éste, lo uno es parle de lo otro; nace pues el hombre y el Ser Supremo le deja trascurrir ciert o número de años para ll egar á su completo desarro llo; L' n ese espacio se instru ye en los derechos que la sociedaJ ha establecido, fnndados en las leves de Dios. Pero tambi en desde que nace vien~ al mundo libre, porque su causa lo es, y siendo la causa debe ~er el efecto; goza de esa libertad cuando llega a su desarrollo, cuando puede comprenderla. Des– de que nace posee un alma; pero alma que no puede esc lavizarse,espíri tu del hombre , sagrado para el hombre , emanaci on invulnerable del cie– lo; el alma es libre. Pero en el hombro hay esplritn y materia , aquel es dueiío de la materia, la gobierna y dis– pone de ella a su albed río, siendo libre el ulrna podrá serlo la materia? S í, los efe ctos de la bon– dad son siempre bondades , si así no ftierr.1 , no existi ríamos , porquccl G.·. A.· . O. ·. U.·., no siendo bueno 110 nos hubiera dado el SL'I' v sien– dc, el alma cmanacion de la bondad y el' cue rpo del al ma; siendo li bre el alma v arhitr~i. de lama– teria, el hombre , ronj un!o <le 'ambas, debe ser libro, os liberal desde q ue Yienc al mundo y si en el trascu rso_de sus aiíos lo ni r ga,rse hombro puede negar la existencia de un Dios . Pero ñ q116 emba raza rnos con unn cucstion q11e está desci– :-rada en las doctri nas del nneYo Testamento , i.i q11c prohnr que el hombre es librn Hi J. Cristo !o dice, si el mismo Dios lo pred ica? ele la próxima perfoccion , se presen.taria un 'cads insonclable. l\li corazon ero. el éco de los principios masó – nicos , ella era la prüctica d3 mis ideas, la r eali– zacion de mis esperanzas. Sí, la franca masone– ría, la escuela do las virtudes, el cen tro á don– de va n a 111ori1· la supersticion y el fanatismo predicados por los verdaderos verdugos de la humanidad~que medrando bajo la sombra de ellos tiembl an de los progresos de nuestra órden. Teman pues la hora en que esos ciegos proséli– tos sL1yos vean la luz y se convierlirn en sns -ver– dngos. Teman cuando los pri ncipios de la sa– grélcla esr riturn en sn valor y tal como ellos son los comprendan . Sí, la masoeería está llamada ú esparcirlos, a practicarl os, ella no amontona ri– quezns injentes , no tiene podero~espi ritunles ni tempo rales; pero tiene hij os adheridos a los prin– cipios sagrados que profesa, pobres y ricos, graneles y peq ueños , que se auxilian mntuamen– le, que sin mas arma qne sus verdades, sin mas poder qu e hall arsesembrada en donde hay hom– bres , llegara con el ti empo a ser dominadora del mundo , no ol>stante las invecti vas, las exco– mu niones, los p¡infletos y cnanto so h;_iga en su contra . Qni enescscribon contra ella'? Losoueno ha n saciado quizá su sed ambiciosa, cuando tu– vieron la es¡Jcrnnza de Ita cerio por sn medio;. los que necios la condenan porque no la coni– p1•enden 6 medran con el fon atismo; los indig– nos rechazados por ella que no merercn el alto honor de se r predieadores de la li bertad ; ' li a– blnn mu y eleYado; pero en ei tono, no en sn 16- jica . Si lvs que quieren sentar corno ve rdades con tra b F. ·. l\fas. ·. lo fueran , el nu lll ero do sus hijos, c' n lugtH de crecer cu progresion, dis– mi nu iria hasta el pun to de su no ex istencia; pe– ro lt nn podido sus pa rndojns collseguirlo? No, todo lo ron trario, en las han<lcrns masónicas se a! istan rada dia mns y mas profa nos y su nú– mero en el mundo , siendo idc,il , 110 es posilJ le c¡ue con l,1s cn lumuius ele 11n ente insignificanl<:', en comparncion do el lu, pueda cl aíindc : si su– piera n de qne esas producen luz parn. noso tros y c¡ 11 e en donde creen he r:rnos es en donde nos ensalzan , si llegaran a comprenderl o nuest ros enemigos no babln ri an . ~ '." t ro . h l1. ·.- Empecinado 2°.-C. (Con chtfrá ) n'.l.· . Ef·: .·. iH·: «EL l!E!Ul.DO M,\SÓ\lCO» . !.es rr n1i!o el a1 tírulo q11P síµ:11e: ~¡ Ull. lo encu en – tran <litrno el(• r•1hlirar!o, p1wri<'11 ;ic,•ptar:o; no soy (!$1-r"ilor. por tanto clisimul<•n l!ll. sus fal t;1~. ~u ;1ffi110. 1!. · .- fil. A . T. Pero eso s-1grado fuego de la libertad podr ía nunc a concen trarse? No , era ncc-esario un vasto c,1mpo en dor. cl e arraiga r esas conviccionc,-, ~ra prc~·iso no solo ser pnr tidnrio de e llél ,. ele !J il nstrnr1on del g(•ncro h:1mano , f'irio consli1ui r~c en su defe nsor y en el campeon f·ontra el 1wcio f,rnat ismo ó i;;norn,ile snpe rsticion; pero ü d(m– de voh·er los ojos en me-lio dPl dislocnni ien !o ~oc: inl que nos rodea r. n medio de !a corrnp('ion de q11c e,:tá plagado el universo , al t ravt'S de l ade la nto do las ciencias? Ne pod ia contentarme con tal si tua:;ion. Cu6 r.tas esrerallzas ahria:a un Cuanrlo las preorupaciones · dominan á los pueblos, estos corazo n tierno! C11anto on t11sin:,;mo y fé <~n el .~ufren mates infinitos. porvenir! Si el jóven no tu vie ra cien-veces mas \'oLTAlllE . fuego qt:e fri aldad el anciano, la SOC'ie<lad iría 1,, 1 s Pr<'ocupaC'ion<.>s y f'i F, 111 a l i:.;mo, lnn si(lo la parn airas y en vez do la fu tura omancipacion, , cHi :ia tic la n.ul' r tc r!r millarrs ele honJ)l'(·s .

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