El Heraldo masonico
.... . EL IIEilALDO. • un c,ml)arazo improducli\·o. Con l odo, -si rslam06 pqni'Yocado~, 1'og·?1nos á nul'slros Jwrmanns qt,e se difneo rnanifcslarnos nucs!ro error, en la intcligt'n– cia de que no se remos obslinados en acatar la rer– ctad y ¡•n volrer iÍ usur las nhrerialuras. A p<>sar de rslo no las exlinguirernos clcl Lodo, parlicularmenlc en los cncalw1.amiPnlos y finales de l,1s rlirnchas, rorquc en rsos lugar('S se Lraducrn c:on facilidad, y tambien porque srria muy extenso y poco a rmonioso ponerlas con iodas sus letras. Si esla ligera inriieacion pudiera proclucir algunas modificaciones úliles en la maner.t de escribir masó– nícamente, mrjora en que, á nuPslro juieio, r s nccc– sa,'io pensar, tcndriamos el guslo de haber iniciado la idea, y la inslilncion adquiriría mas brillo, pues los pequcr1os lunares que la desfiguran, deben cle– saparcccr. Revista de la Semana. RECONOCDIIENTo.-EI Gran Oriente de Inglater– ra ha cstreclindo sus relaciones de amistad con el del Perú, nombrando un comisionado qne lo represen te aqní-Este paso es bastante signifi– calivo en las actuales circunstancias en quealgu– cas nubcciilas ha!1 querido enturbiar el bri!lo de la masonería pernana; pero el reconocimiento de nue~t rns poderes masónicos, hace desapare– cer todas las dudas que pudieran abrigarse acer– ca del orí¡rnn de los altares supremos y camaras del Gran Oriente nacional-La circunspecta In– glaterra nos ba hecho justicia. Hemos procurado ndquirir la corresponden– cia traída por el comisionado, pero nuestrasdili– gencias han siclo inútiles hasta hoy: mas tarde tal vez podremos conseguirla y nuestros lectores veran que la fraternidad masónica está estrecha– mente unida en todo el mundo. CuESTIO:'iES. - Se nos asegura que se han susci– tado algunas con motivo de la apari-cion de « El Heralclo))-Las cosas nueyas producen general– mente impresiones diYersas; pero nosotros es– peramos que esos escrúpulos de algunos herma– nos desnpareceran en vista de la manera como llevarémos nuestros trauajos periódico -masoni– cos. No se precipiten pues los comentarios, porqne si incurrimos en nn error estamos pro u tos a sal– varlo, con la mas pec¡ueiía insinuacion que se nos dirija. RECTIFICACION-Hemos sido informados qne nuestra ináicacion solicitando los cuadros de los hermanos para formar uno general estadístiro, 1'a sido interpretada ele un modo diverso de lo que hemos pensado-Respetando la opinion de los que han C'reiclo que en vez de un cuadro esta– dístico ibamos a clar una relacion nominal ele to– dos los masones, decimos qne, ese cuadro con– tendrá ·1 .º Los allares supremos, superiores y simbólicos por órden de números ó antigüedad: 2. º Los miembros que forman cada Taller sin nombrarlos: 3. 0 El número de aprendices, com– paíieros etc. 4-.º La fecha de la instalacion: o.º Los lugares donde están establecidas las Logias) y por fin toda circunsl,rnC"ia qoc p1:cda sernr pa- ra recomondar!ns. t' La poc.a oslension del periódico y la inutilictuL: de publirnr los nombres, debieron argüit· en con– tra de la hipotesisque sir\'ió de base i:l un acalo– rado debate. VARilEDA.DES. P A D R E Y '.\! A O H E. (.\RTÍCCLO OIUGl;:'iAL. ) El padre conrnn ele la crcacion es Dios. Qnien no respeta, venera y·ama a Dios, mal puede tener ni deseos de nmar á su projimo. Quien no con templa y se sobrecoje en presen– cia del gran prodijio de la naturalezu, es un _scr ab\'ccto y desgraciado. El tnlento, las riquezas, el saber) son un át0mo, considerando la inmensidad <le los cielos, los mares y lu tiorru. ¿Quó es el hombre si se reflexiona en su orí– gen? -- Y sin embargo todo ha sido creado para el hombre, para sn bienestar y felicidad. Y el hombre se enYanecey se jacta de su exis– tencia cuando los oropeles mundanales le ro– dean, olvir.landosc de la nada de qnc salió, y cles– p.rcciando al Ser Omnipotente que le animará con un soplo de su aliento. « Ser de los seres, yo soy porque tn crees)) ha dicho un gran filósofo; y la ignorancia encubier– ta con esa facticin opulencia que puede compa– rarse á un fuego fatuo, levanta su cabeza para oprimir a la virtud y al mérito real. ¿Y es la decantada ci¡,jlizacion quien tal fono– meno produce . El.Padre y la Madre que son los objetos mas meritorios de la familia, snfren tambien el pun– zante aguijan de las aspiraciones bastardas y temerarias que la corruptela de la s costumbres va introduciendo eu el hogar domóstico. El padre y la madre, slmbolos del amor y la veneracion, se ven, por esos hijos infatuados, como un obstáculo para trepar los escalones que ha de conducirles á besar la planta del poderoso. Hijos hay por desgracia de la humanidad, que mas quisieran proceder del aire, qne reconocer 1 como autores desu existencia a sus humilcl<>Q ~"– dres. ~ El tigre la pantera y las bes' ,í( mas feroces, reconocen y aman á qnien !, , dió el ser; y el hombre, dueño y seiior ele ·,Ao lo creado, con una alma hecha á imageP ( semejanza del Gran– de Artificio del Unirer'"o, niega y rechaza algu– nas veces á la maclr~ LJUe le llevó en su seno y le alimentó con su sangre. ¿Y es el fantasma llamado civilizacion quien rompe los lazos mas sagrados de la naturaleza? Los crímenes comunes a la debilidad huma– na, son tolerables hasta cierto punto; ·pero ese rechazo instintivo á la lcv natural, á.la fuerza de
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