Cognición, neurociencia y aprendizaje. El adolescente en la educación superior

(Ramos, 1998). Esta variación llega a su máximo nivel a los 20 años aproximadamente. Es decir, a esa edad los estudiantes podrían estar despiertos hasta altas horas de la noche; sin embargo, también requerirán mayor tiempo para dormir en el día. El desarrollo del sueño a lo largo de la vida es un tema que ha sido investigado desde hace muchos años. Sin embargo, muchas veces no se observa que sea considerado en los programas académicos y laborales que se ofrecen. Los horarios matutinos pueden ser beneficiosos para la mayoría de estudiantes, pero no necesariamente para todos. Se debería hacer estudios que permitan comparar el rendimiento de los estudiantes que llevan cursos en un horario matutino y

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