Cognición, neurociencia y aprendizaje. El adolescente en la educación superior

nos lleva a la acción sino la emoción» (Maturana, 1990, pp. 20-21). Igualmente, Ibáñez (2002) señala que las emociones de los estudiantes constituyen un factor determinante en la construcción de sus aprendizajes. Cuando los estudiantes contextualizaron sus emociones favorables, siempre indicaron aspectos que todos consideramos prioritarios para mejorar la calidad de los aprendizajes, como sentirse motivado en las clases, tratar contenidos contextualizados en las propias experiencias cuya aplicación se puede visualizar en la práctica, sentirse valorado como estudiante, poder participar, confrontar distintos puntos de vista, etcétera. Lo contrario ocurre con la contextualización de las

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