Boletín de la Biblioteca Nacional N° 61 - 62

73 --eh (dubitativa) y -chu (negativa e interrogativa). Luis Cordero en el lejano Azuay, donde sólo la forma -mi se conoce, en cambio supone que se trata de un verbo defectivo equivalente a ka-: ser. La forma boliviana -min viene evidente~ mente en apoyo a esta hipótesis, aún que no se puede descartar una evolución con" traria: la verbalización a posteriori. Con todo, la casi obligatoriedad de usar -1/1 junto con -chu en las oraciones de negación (manan ... -chu), sumamente bene– ficiosa para una sintaxis más diferenciada demuestra el status particular de -mil -m en el grupo de las aseverativas. Es este uno de los puntos más necesitados de aclaración y reglamentación. Desde ya me parece que el uso más adecuado de -mil -m es el de destacar adverbios y construcciones adverbiales. -qpa por -pa/-p es un arcaismo que parece haberse conservado aquí en razón de una aversión muy natural a la forma apocopada después de nombres propios. Observése que el genitivo del Perú se lee universalmente "Perú-pa". -rku- (en aparkamu-) corrobora mi creencia que -rku-, a pesar de la constante confusión, significa "para afuera", hace pareja con -yku- (adentro y no es idén– tico con -rqu- (violentamente). -rkamu- (afuera y acá) sirve perfectament:; para formar con apa- este neologismo: importar. Es frecuente la metátesis de la aspiración en relación al uso moderno: hullpu por ullphu, hanchi- por anchhi- haska por askha. Entre las demás variantes aisladas vale destacar: "quippu" por khipu, "ccallpa" por kalppa, "Tuppa" por Tupaq, 'quesppi-' por qhispi. Recuérdese que Garcilaso niega la existencia de la l, G. Holguín la de la n. El texto casi siempre tiene ñ donde hoy prevalece el uso de n (ni-, -ni-J. Personalmen– te opino que las palatizadas (ll y ñ) son, a la par con las glotizadas y aspiradas incompatibles con los ambientes preconsonántico y fin de palabra, pero tan sólo en el caso de qilqa (con II en el original) me asisten precedentes asaz fidedignos ·para llevar a cabo tal innovación.