Boletín de la Biblioteca Nacional N° 61 - 62

23 o la burla de algunos. Baste decir aquí que deberían cantar menos o mejor. Fi· nalmente, en honor a la justicia y a la verdad, espero que mi piadoso crítico no interprete mal lo expuesto aquí. Por lo que a mí concierne, el debate se cierra ahora y no escribiré más al respecto. El único motivo que me llevó a escribir esta segunda carta al periódico es defender el buen nombre de la Catedral de Santiago, a cuyo servicio tengo el singular honor de estar, una reputación sin tacha cuya conservación incumbe a cada chileno, no menos que a mí." Tras esta hábil defensa, Alcedo siguió pidiendo con éxito fondos especiales para orquesta durante el resto de su carrera en Santiago. El 9 de setiembre de 1859, solicitó 112 pesos para pagar una orquesta que debía tocar el día 18,78 El 20 de marzo de 1860 pidió 306 pesos para cubrir los gastos de una orquesta completa duo rante la Semana Santa. 79 Siete días más tarde el cabildo se enteró de que Henry Howell había falleeido y el deán propuso un subsidio de emergencia de 100 pesos para la viuda de Howel1. 80 Cuando finalmente la propuesta se aprobó, el presupuesto para la orquesta de la Semana Santa de 1860 se redujo así a 241 pesos. 81 Nuevamente en setiembre de 1860 Alcedo pidió 125 pesos para sufragar gastos orquestales. El 11 de setiembre el cabildo autorizó solamente 100 pero el 28 de setiembre dio la aprobación para completar la suma originalmente pedida. 82 En Semana Santa del año 1861 y nuevamente en 1862, convenció al cabildo de que los gastos de una orques– ta completa y de costosos solistas vocales eran justificables. 83 El canónigo José Mi· guel Mendoza, quien antes fuera sochantre e incluso durante un corto período entre Lanza y Alcedo, maestro de capilla interino (en 1846),84 apoyó los pedidos de Alcedo de fondos para la orquesta y solistas en 1861 y 1862. Después de la muerte de Howell, se presentaron dos postulantes para el cargo de primer organista con un sueldo de 600 pesos: T. E. Hempel, quien nació en 1813 en Gera (Saxe-Coburg), Alemania, en 1840 se radicó en Valparaíso, en 1853 se trasladó a Santiago, de 1856·1857 y de 1876·1886 fue director del Conservatorio Nacional de Chile, de 1874 a 1882 sucedió a Zapiola como maestro de capilla de la Catcdral;85 y Adolphe Desjardins, un inmigrante francés, organista, que en 1850 se convirtió en el primer director del Conservatorio Nacional de Chile. 86 Para evitar acusaciones de favoritismo, el cabildo anunció la vacante en los diarios.87 El 5 de junio de 1860 se fijó la fecha, el viernes y sábado siguientes (8 Y 9 de junio) para el concurso público. Hempel y Desjardins tenían derecho a elegir la misa que debía tocar el otro competidor. El cabildo nombró tres jueces: Alcedo, Louis Remy, graduado cn el Conservatorio de París y contratado en 1857 en Europa como concertino de la ópera de Santiago compuesta por 48 músicos,88 y John Jesse White, director de orquesta nacido en Londres, que llegó a Santiago vía Río a principios de 1860. 89 Hempel resultó ganador. 90 Los términos del contrato jncluían la enseñanza de cua· tro a seis estudiantes de órgano escogidos por Alcedo, afinación y reparaciones ordínarias del órgano y consejo profesional al arzobispo y cabildo para el mante– nimiento del órgano y con la debida subordinación al maestro de capilla. 91 Para proteger mejor el gran órgano Flight, el 23 de octubre de 1860 el cabildo decidió sacarlo del coro. Aun así, el 28 de marzo de 1862, el cabildo debió asignar 300 pesos para reparaciones adicionales del órgano. De esta manera, a fines de sus 18 años al servicio de la Catedral, todavía no se había hecho realidad su sueíio milenario cuando llegó el órgano en 1850. No obstante, la Catedral de Santiago marcó la pauta para las demás catedrales de América del Sur. En 1891 92 casi todas las catedrales importantes habían renunciado a la orquesta en favor del instrumento que juzgaban digno de estar en un rednto sagrado, según el Motu propio de Pío X del 22 de noviembre de 1903. 9 3

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx