Boletín de la Biblioteca Nacional N° 61 - 62

19 tanto a los canónigos que en 1842 se conformaron con tener un órgano de 10 regis– tros de 540 tubos. La oferta más baja fue de Sebastian Hesse, agente alemán que se encargó también de instalar el órgano a fines del verano de 1842. Con precisión germánica, Hesse entregó en ese momento un informe en español con las medidas del órgano (12 pies 4 pulgadas de ancho, 9 pies 8 pulgadas de alto, 7 pies 4 pulga– das de profundidad) y una lista de los registros. Cada uno de los teclados se exten– día de do a fa 3; el teclado superior controlaba el principal (metal, 4 pies), tapado (madera, 8 pies), corneta (metal, 2 pies), gamba (metal, 8 pies) y el inferior con– trolaba la voz armónica (metal, 8 pies), flauta 1 (madera, 8 pies), flauta 2 (madera, 4 pies), octava (metal, 2 pies). Cada uno de estos registros consistía en 54 tubos excepto la corneta (108 tubos). Los registros del pedal, tapado (madera, 16 pies) y octava (madera, 8 pies), controlaban 27 tubos. Antes de pagar a Hesse, se certificó que el órgano era excelente en un extenso informe a los canónigos con fecha 21 de setiembre de 1842, redactado por la única autoridad que en la época se considera– ba como la más conocedora e imparcial en la materia: José Bernardo Alcedo. Según el certificado de Alcedo, el órgano era dulcísono pero no era lo suficien– temente poderoso como para remplazar a toda la orquesta de la catedral. De esa manera, nada podía hacerse en 1842 sino resignarse a tolerar las veleidades de los trece instrumentistas a sueldo de la catedral, por calamitosa que fuera la vincula– ción de éstos con la ópera para la dignidad del recinto sagrado. Para cortar el nu– do gordiano que se hizo porque los canónigos no se animaron a gastar lo necesario para conseguir un órgano realmente poderoso, era necesaria la intervención de un nuevo líder. Nadie mejor que el arzobispo Val divieso. El 23 de octubre de 1846, un mes antes del nombramiento oficial de Alcedo como maestro de capilla, se leyó a los canónigos una carta de Valdivieso proponiendo la importación de Europa de un "magnífico órgano", suficientemente poderoso como para llenar la vastedad de la Catedréll de Santiago y al mismo tiempo suprimir la mayor parte de los mú– sicos y cantores de la Catedral. 41 En sus primeros años como maestro de capilla, Alcedo presenció no sólo la compra e instalación de un costoso órgano Benjamin Flight de tres teclados, cons– truido en l.ondres y que seguía en uso un siglo más tarde, sino también la reduc– ción del número de los músicos de la Catedral a fin de hacer lugar para un orga– nista traído de Inglaterra, Henry Howell (empezó en 1850, falleció en 1860).42 Co– mo es natural, los músicos de la orquesta estable se resintieron al enterarse de las noticias el 8 de enero de 1847, de que las festividades de la Purísima no se celebra– rían más con toda la orquesta,43 tanto más cuanto que el primer acto de estos mismos canónigos "anti-orquesta" fue el de estudiar la contratación de dos orga– nistas 44 y el 23 de enero autorizaron la instalación de nuevos asientos para los sei· ses (los cantores muchachos) y los ataviaron con carísimas sobrepellices blancas que recubrían las sotanas rojas. 45 El 2 de marzo el cabildo autorizó también el traslado de un piano del seminario a la schoJa cantorum que se acababa de reorga· nizar, a fin de que Alcedo pudiera usarlo en sus clases. Atrapado entre la espada y la pared, Alcedo abogó por la necesidad de retener a los instrumentistas en el presupuesto de los músicos debatido en el cabildo en la reunión del 9 de marzo. 46 También subrayó ante el cabildo la importancia de que Lanza devolviera a la Ca· tedral todas las piezas de música pertenecientes a ella, que el depuesto maestro italiano había tomado en préstamo. 47 El 20 de abril se le preguntó qué pasaba con dos violinistas que no habían vuelto a tiempo de sus licencias, Víctor y Francisco Guzmán, y Alcedo los defendió. 48 Para que la orquesta de la Catedral mantuviera un vigor respetable, Alcedo propuso que se tomaran algunos voluntarios los días 9 de marzo y 4 de mayo. 49 En el presupuesto que se debatió el 18 de mayo se idea· ron otras ingeniosas estratagemas para mantener a los músicos en la planilla. 50

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