Boletín de la Biblioteca Nacional N° 61 - 62
18 organista: trompas en los bajos, flauta en octava, octava decimaquinta, lleno, bajos de ocho a 105 pedales y una campanilla del fuelle; a la izquierda, el organista veía otros seis registros: salicional, principal primero, principal segundo, bordón, lleno de tiple, contrabaxos de bordón y una combinación de pedales con teclas. El tecla– do iba de Do a fa 3 y el pedal de Do a dolo Durante los primeros años de la estadía de Alcedo en Chile, ¿era absolutamente necesario que los órganos fueran más grandes que el instrumento construido en 1767 por los jesuitas o el órgano de doce registros del siglo XIX? No totalmente, porque la orquesta de la catedral en aquel entonces, consistía todavía en un cuerpo de músicos instrumentistas que incluía instrumentos de cuerda, oboes, flautas, clarinetes, fagotes, trompas, trompetas y hasta de per– cusión en fechas tan importantes como el 18 de setiembre. Fue solamente entre 1840 y 1850 cuando los canónigos empezaron a acariciar la idea de comprar un órgano tan grande que pudiera remplazar a la orquesta. En 1959 se conservaba todavía en la biblioteca capitular de Santiago un grueso legajo con las eartas intercambiadas en esa época con los vendedores de órganos (incluso las ofertas de éstos). La mayor parte del material estaba escrito en un español más o menos correcto, pero la carta de un agente inglés escrita en ese idioma puedé pre– sentarse aquí como un ejemplo vívido de las ofertas que importunaban a los canó– nigos de Santiago. 40 Santiago, 14 de marzo de 1840. Muy señores mios: Habiendo considerado debidamente los precios de los materiales y otras inconveniencias, seguidamente trataré de demostrar (mediante un cálculo razonable) la imposibilidad de construir un poderoso órgano de 32 registros por la pequeña suma de $ 9.600. Desde setiembre pasado, el precio de la madera ha aumentado el 15 por ciento y lo mismo ocurrió, proporcionalmente, con los demás materiales.- Por experiencia sé que todos los tubos templados deberán hacerse más largos y fuertes para es– te clima. Por ejemplo, si se hace uno de una escala europea al tono exac– to de do, en este clima, aunque parezca increíble, se transformará en do sostenido. En consecuencia, los tubos deberán tener más metal y mano de obra y por supuesto costarán más. También el depósito de los fuelles tendrá que construirse bastante más grande y los alimentadores deberán tener un mayor número de válvulas para hacer llegar el aire al depósito, debido a la baja presión de la atmósfera. La caja de reso– nancia (o secreto) debe ser una cuarta más grave en los surcos para recibir un mayor volumen de aire en cada tubo - y todos los tubos de los pedales deben tener un travesaño sobre las bocas. En resumen, todo el órgano será casi una yarda más grande. El costo de todos estos agregados, el elevado precio de los materiales, así como los altos salarios para pa– gar a obreros competentes le convencerán de que es imposible construir un órgano de tal magnitud con 32 registros por menos de - -$ 12.500. - - S.S.S. Wm Iones La queja de Jones de que el precio de la "madera ha aumentado" y su adver– tencia de que el órgano debía ser "una yarda más grande" quizá le hayan servido para justificar el precio de $ 12.500 en lugar de $ 9.600; pero, por el contrario, asustó
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