Boletín de la Biblioteca Nacional N° 61 - 62

I-Iomenaje a José Bernardo Alcedo (1788-1878)* ROBERT STEVENSON "llabitando el Continente Americano, somos una misma familia" (Filosofía elemental de la música [Lima, 1869], pág. XV). Al igual que el de los Estados Unidos, el himno m,cional de Chile debe su música a un extranjero que nunca pisó suelo chileno, Ramón Carnicer (1789-1855). y como Chile, Argentina y México han adoptado himnos nacionales cuyas músicas fueron escritas por catalanes: BIas Parera y Jaime Nunó (1824-1908). J La música del himno nacional ecuatoriano cs una melodía de Antonio Neumane=Neumann (13 de junio de 1818 - 3 de marzo de 1871), nacido en Córcega, de padres alemanes, y fallecido en Quito.2 Los respectivos himnos del Uruguay y Paraguay fueron com– puestos por un húngaro. Los compositores que escribieron los himnos de los dos países vecinos de Perú, Bolivia y Colombia, fueron Leopoldo Benedctto Vincenti y Orestes Sindici (ca. 1837-12 de enero de 1904),3 ambos naturales de Roma. Vincent,i puede considerarse como el compositor "típico" de un himno ame· ricano. Su padre, Antonio Yincenti, fue militar en el escuadrón de los Húsares Negros. Después de estudiar en Roma, en una escuela que había sido de los je· suítas, el futuro compositor emigró a París para perfeccionarse en contrapunto con Halévy. En 1824 Abel Aubert Dupetit-Thouars (1793-1864) lo contrató por tres años como músico mayor a bordo de la fragata de guerra francesa Reine .B1anche. En su viaje de servicio a los Mares del Sur, esta fragata se detuvo durante unos meses en el puerto de Valparaíso. En esta estadía, Yincenti impresionó tanto al cónsul boliviano Félix Frias que, por recomendación de éste, el General José Ba– llivián lo contrató en 1845 como músico mayor de la banda nacional en La Paz. En la noche del 18 de noviembre de 1845, un coro de doce voces acompañado de banda, estrenó en el nuevo teatro municipal de La Paz, ]a canción patriótica com· puesta por Vincenti (con letra de José Ignacio Sanjinés) y que ahora es el himno nacional de Bolivia. Para festejar el tercer aniversario de la Batalla de Ingaví, el programa de aquella noche incluía trozos de Fro Diavolo, de Auber; La Cazza ladra, de Rossini; Belisario, de Donizetti; una fantasía de Lucia di Lammermoor y algunas * Reproducido de "boletín interamericano de música", N? 80; marzo-junio, 1971. Washington, Organización de los Estados Americanos, 1971.

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