Boletín de la Biblioteca Nacional N° 43-44
5 El nombre completo de este memorable periódico es el siguiente: Jl,fercurio Peruano, de historia, literatura y noticias ¡1úblicas / que da a luz / la Sociedad Académica / de Amantes de Lima / y / en su nombre / D. Jacinto Calero y :Moreira. Con Superior fYermiso / impreso en Lima: en la 1mprenta / Real de los 'Niños 'Huérfanos. En efecto, el 2 de enero de 1791 hacía su aparición, publicándose hasta el N9 32, corres– pondiente al 28 de diciembre de 1794. Pero la aparición de este "papel" se anunció ya en el año antP.cedente en un prospecto que dió a luz Jacinto Calero y Moreira. Los números corres– pondientes a cuatro meses del año formaban un tomo y al mismo se le daba una portada. Se publicaron 12 tomos, correspondiendo tres a cada año, de modo que el duodécimo abarca los 4 últimos meses del año 1794, aunque se publicó a comienzos de 1795. Diego Cisneros im– primió a su costa el duodécimo tomo, pues el antiguo editor Calero se trasladó a Buenos Aires en 1793 y el apoyo oficial con que contaba la revista había sido suprimido. J.1ercurio Peruano sirvió corno órgano de una sociedad académica de estudios del Perú o sea la "Sociedad Amantes del País", creada con el apoyo gubernativo, a la manera de otras en América y en fapaña, durante el reinado de Carlos III. Ya después de su tercer año, suprimido el apoyo económico oficial que le otorgó el virrey Francisco Gil de Taboada y Lernos, el J.1ercurio comenzó a tener dificultades y para soste– nerse debió incluir un apéndice de avisos en hoja suelta. En el :Merwrio es insertaron estudios sobre historia, arqueología, lingüística, viajes, des– cripciones geográficas de las provincias de Tarma, Huancavelica, Cuzco, Cajatambo, Chacha– poyas, Arica, Trujillo, Piura, Saña, Lambayeque y Abancay, minería, agricultura, ensayos de química, comercio, botánica y navegación, casi todos referidos al Perú. Entre los trabajos más notables figuran los conocidos viajes a la selva amazónica de los religiosos fray Manuel Sobreviela y fray Narciso Girbal que pueden señalarse sin desme– dro como los estudios precursores de los viajes científicos de Humboldt, Castelnau y Raymondi. La mayoría de los artículos eran fim1Ztdos con seudónimos y de este hecho singular Mariano Felipe Paz Soldán nos dá (en la página 41 de su Biblioteca Peruana Lima, 1879) la relación exacta de los seudónimos usados por sus colaboradores: José Baquijano y Carrillo "Cefalio" José Rossi y Rubí "Hesperiophilo", José Jv1aría Egaña "Hermagoras", R.P. Tomás Méndez y Lachica "Theógnes", Mariano Millán de Aguirre "Sophronio", R.P. Francisco Gon– zales Laguna "Thimeo", R.P. Diego Cisneros "Archidamo", el Oidor Ambrosio Cerdan "Ner– dacio", R.P. Francisco Romero "Hiparco", Fray Jerónimo Calatayud "Meligario", el Obispo José Pérez Calama "Hyerotheo", Bernardino Ruiz "Anticiro", Hipólito Unánue "Aristio" y "Félix Agrícola", Jacinto Calero y Morcira "Crissipo", Demetrio Guasque "Homótimo". Tam– bién colaboraron personas con nombre propio como Fray Manuel de Sobrevicla del convento de Ocopa, y el P. Narciso Girbal (misionero en el Ucayali), José Manuel Bermúdez (Cura de Huánuco) y José Ignacio de Lec¡uanda. El :Merrnrio Peruano desapareció a fines de 1794. Manuel Atanasio Fuentes, reimpri– mió lo más importante de él con el título: Antiguo :Merrnrio Peruano (Biblioteca Peruana / de / Historia, ciencia y literatura / Colección de escritos del anterior y presente siglo / de los más acreditados autores peruanos / por / Manuel A. Fuentes) Lima / Felipe Bailly, Edi– tor / 1861. (Impreso en Poissy (París) -Imprenta Arbieu). De esta Biblioteca sólo se publi– caron los 9 primeros volúmenes en octavo menor, durante los años 1861-1864 y es muy impor– tante anotar que en 5 de ellos se agrupa por materias los principales artículos que se encontra· han diseminados en toda la colección de la revista. Entre 1964 y 1967, la Biblioteca Nacional del Perú ha publicado la edición facsimilar completa en 12 volúmenes. La desaparición del Jl,1errnrio puede atribuirse en gran parte a la actitud de marcado nacionalismo de que dió muestras y a la libertad con que se expresaban muchos de sus redac– tores, influidos los más por las ideas de los modernos ideólogos y enciclopedistas franceses, lo cual despertó recelos en los círculos oficiales del Virrey y la corona española.
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