Boletín de la Biblioteca Nacional N° 43-44
26 ocho tomos siguientes, hasta el duodécimo, que fue costeado en 1794 1 por Fray Diego Cisneros, reunen, corno hemos dicho, lo más significativo del pensamiento ilurninista del Perú y despier– ta la emulación, el miedo, la condenación y la ira de los elementos reaccionarios, descontentos con la tolerancia de virreyes corno Croix y Taboada y Lemas, anhelando una mano fuerte co– mo sería la de Abascal. El Mercurio Peruano es por todo esto mucho más que un "papel periódico"; es un hito en la história cultural del Perú. El segundo volumen de '.Mercurio Peruano comprende el segundo cuatrimestre de 1791, o sea los meses de mayo, junio, julio y agosto. El número de suscritores que exhibe el pros– pecto es mayor que el del primer cuatrimestre y tan selecto como él. Muestra más nombres de fuera del virreinato de Lima. Los editores se confiesan satisfechos de la tarea. Así lo de– claran en el número 37, donde afim1an nuevamente que si emprendieron la obra fue por ha– llarse "inflamados de amor al País". Es tal vez uno de los más importantes artículos de la re– vista, porque no solo confin11a el patriotismo, de sus autores sino que destaca su rechazo al criterio de quienes consideran dañino exhibir moderadamente "los defectos" de "la Patria". El redactor arremete contra ese y otros criterios, y describe jocosamente la semiciencia de quie– nes "por haber leído un romance, una tragedia" o cualquier obrilla ligera se sienten ya capaces de juzgarlo todo. Se queja, si, y pareciera ese un mal inveterado, de que los suscritores no fueran puntuales "en el recaudo", o sea que pagaban tarde o mal. Pero, por encima de tales dificultades, ratifica su decisión de seguir trabajando por "la Patria". El sentido nacional va en aumento. Lógicamente, surgb un nuevo tipo de oposición al '.Mercurio, más allá de los celos y recelos profesionales. En ese número 37 se da cuenta de la fundación de una nueva Academia poética, en la que como en la del virrey Castell dos Rius, se leían, comentaban obras de los académicos. El número 38 hace una crítica del discurso pronunciado por el alumno don Dionisia Cerdán y Encalada, el día 2 de mayo, al abrirse el año de estudios de la Universidad de San Marcos. El joven Cerdán era hijo de don Ambrosio lverdacio, oidor de la Audiencia y famoso por sus Ordenanzas sobre aguas. El objeto del discurso fue excitar a los universitarios a de– dicarse más al estudio de las Ciencias, lo que cuadraba cabalmente con el espíritu de la época Los números siguientes, hasta el 41 inclusive, se consagran a una Descripción de la Provincia "de las Chichas y Tarija". En el 42 nos enterarnos de que un señor apellidado del Pozo había abierto una Ae<1demia de Diseño y Pintura en la casa número 817 "sita frente a la cerca de Santo Domingo", y convoca "a las Madarns" para que se matriculen en tal Es– cuela a fin de refinar su buen gusto. Dato de ;::itención por las consecuencias implicadas. Una descripción "científica" de las plantas del Perú cubre los números 43 y 44. En el 45 aparecen unas "reglas que deben observar las mujeres en la preñez", lo que indica cuánto más liberal era el ambiente de entonces. De acuerdo con esta tendencia, no es de extrañar el anuncio aparecido en el número 46 en que se saluda al Semanario Crítico que el P. seráfico Alonso Olavarrieta iba a publicar. El articulista afirma orgullosamente: "Lima se ha puesto por fin al nivel de México en el tiempo de su mayor lustre: tiene su Diario, su '.Mercurio y su Semanario", este último dominical. En el número 47 se inserta una amenísirna "Idea de las congregaciones públicas de los negros bozales", pieza fundamental para el estudio de las razas en el Perú. Poco después, en el número 50, el '.iHerrnrlo se ve obligado a revisar sus conceptos sobre el P. Olavarrieta y su Semanario Crítico. Parece que el iracundo franciscano la emprendió contra el '.Mercurio por diversos capítulos, entre ellos por causa de su reseña de los Cafés, sus comentarios sobre el comercio y sus juicios acerca de las costumbres: el seráfico periodista utilizaba sarcasmos y no– torias deformaciones de los hechos. El articulista tilda a Olavarrieta de "ignorante", "lleno de negro veneno", dice que "vomita ironías amargas" contra los editores del insigne bise– manario de Calero Moreyra. Ha surgido ya en forma visible la reacción contra el la "Ilustra– ción" o espíritu liberal. Lo que se creía concurrencia para mejorar el ambiente no disfrazaba sino una lamentable emulación o un protervo propósito de anularniento. Mas adelante en me– dio de trascripciones e informes sobre metales y comercio, se da paso a una reseña de la cuarta
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx