Boletín de la Biblioteca Nacional N° 43-44

21 Calero y Moreyra, fletaron el Jrterrnrio Pernano. De paso, habían conseguido poderosos pro– tectores, el primero de ellos, el virrey Croix. Su Excelencia era hombre de letras y escrituras: un señor muy cabal. Los redactores de '.Merrnrio Peruano vivían absortos con las ideas del enciclopedismo. Desde luego, la biblioteca del Padre Diego Cisneros, ya entonces sospechosa de herejías y por lo mismo, doblemente atractiva, constituía uno de los centros de los sabios señores. No es de extrañar que, andando el tiempo, y no mucho, al faltar el apoyo virreinal a causa de suspica– cias despertadas por las audaces ideas de los "mercuriales", surgió espontáneo, pero fugaz la cooperación económica del Padre Cisneros, el famoso "Padre Gerónimo" que dio nombre a la calle de Santa Teresa (hoy cuarta cuadra del Jirón Puno) donde vivía y tenía sus libros. El primer número, como apuntamos, comenzó con una "Idea general del Perú": se cum– plía así con un rito inevitable. Pero, hay más. Despuntando ya ese nacionalismo naturalista con que empezó el patriotismo criollo, afirrnan los redactores en el primer párrafo de su artículo: "El principal objeto de este Papel Periódico, según el anuncio que se anticipó en su Prospecto, es hacer conocido el País que habitamos, este País contra el cual los Autores extranjeros han publicado tantos paralogismos". Apenas es posible dar en siete páginas (de las ocho que constituyen el cuadernillo del primer número) una idea más completa y objetiva del Perú. Comienza porque el primer autor a quien menciona es Garcilaso Inca; porque resalta la vigencia de las razas, subrazas y castas, ponien– do el acento en ellas; porque señala la Minería en su alta importancia, y porque presenta el escenario sin ufanía ni encogimiento, como debe ser. Completa ese primer número el examen anatómico de un monstruo. En realidad, este artículo debido al parecer a Unánue, refuerza la idea de que los monstruos, son seres huma– nos de características insólitas, como el hijo de la negra esclava María, que nació sin cerebro, el cual hijo es objeto del artículo en cuestión. Tal preocupación suhsistía desde el siglo XVIII, por lo menos, pues, entonces, don Pedro Peralta y Barnuevo, bajo conocido seudónimo con– sagró uno de sus más interesantes trabajos a unos hermanos "siámeses" que vieron la luz en Lima. El segundo número de '.Merrnrio carece del interés del primero, pues se consagra a la historia de un hospital de Caridad y a la caridad misma, sin embargo, trae una estadística de gran utilidad, la correspondiente al período entre el 1 '! de diciembre de 1789 y el mismo día de 1790, según la cual en las parroquias de Lima censadas, que fueron ocho, se registra– ron 360 matrimonios, 1890 bautizos y 1196 entierros, lo que, traducido a térn1inos modernos, arrojaría una mortalidad de hasta un 52 por ciento. En el número 3 aparece una reseña del mineral de Lauricocha, y una interesantísima carta de un minero (o que pasaba por tal) explicando los méritos de su oficio. En el artículo sobre las diversiones públicas de las naciones, que figura en el número 4, hay indicidios de una vasta cultura literaria, acompañado de conocimiento directo de los hechos y de los países: señala con finura que el inglés prefiere las comedias de Dryden y Shakespeare; que el italia– no "suspira por los carnavales" y las máscaras; que para el alemán no hay mejor espectáculo que "el ejercicio militar de un regimiento lucido"; que el francés "está decidido por la trage– dia"; que el holandés "asiste con más gusto a la Bolsa a tratar de sus negocios", y que el español "no reconoce mayor delirio que una corrida de toros; prefiere una comedia de carácter a la mejor ópera o tragedia" (1) ¿Quién escribió esta deliciosa y sagacísima reseña? Sin duda, alguien que no sólo era muy leído, sino que había viajado. Probablemente José Rossi y Rubi o el propio Baquijano y Carrillo, cuyo estilo, a juzgar por el Panegírico a la llegada de Virrey Jáuregui, era de los más compendiosos y brillantes. Cometiendo un anacronismo, podría aludir– se, respecto de este artículo a los análisis veloces que viajeros tan zahorís y adiestrado corno 1 5\1ercurío Peruano número 4 Lima, 13 de enero de 1791, p. 27 y 28.

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