Boletín de la Biblioteca Nacional N° 43-44

13 el primer director de la revista limeña, don José Baquíjano y Carrillo. También merecieron la traducción al alemán algunos de los estudios del /¡i[ercurio y el elogio consagratorio de Goethe. Riva Agüero, que poseyó la colección completa del '.Mercurio que hoy se conserva en la Biblio– teca del Instituto de su nombre, y que sin duda leyó con detenimiento la revista, como lo re– velan su ensayo biográfico de Baquijano y otros escritores posteriores, cree, en cambio, que la importancia del periódico se ha exagerado. Le molesta el íntimo convencimiento que de sus propios merecimientos y de la importancia de su obra tenían los hombres de la Sociedad Aman– tes del País, y considera al :Mercurio inferior en calidad al contemporáneo Papel periódico que editaba en Bogotá Francisco Caldas. Si acaso este juicio severo se ajusta a los valores litera– rios y aun científicos del )Yfercurio, no se acuerda, en cambio, con la significación social y cul– tural, con la trascendencia política que la empresa editorial tuvo en el Perú de las postrime– rías del siglo XVIII. Por el celo regionalista que el propio Riva-Agüero le reconoce, por el refonnismo realista y nacionalista que V. A. Belaúnde siempre destaca al referirse a los prin– cipales trahajos de la revista, por ser uno de los más coherentes testimonios de la naciente conciencie, american::i, tenemos que aceptar que en efecto, el :Mercurio Peruano fue una de las más importantes, si no la más importante publicación periódica hispanoamericana de su tiempo. Y por lo que a nosotros se refiere, podemos afirmar con Carlos Cueto que "con el :Mercurio comienza un esfuerzo sistemático por hacer del Perú el compromiso fundamental del pensa– miento peruano". También la influencia del Jvíercurío ha sido cuestionada. En la historiografía de la In– dependencia encontramos dos principales puntos de vista. El que representa el argentino Mitre, que advierte en el j\fercurio "la revelación de una conciencia autonómica que despertaba"; y el que representa el chileno Vicuña Mackenna, para quien no es posible sorprender en las páginas del :Mercurio "los secretos amagos del trastorno innovador" pues se trata de un bo– letín científico y de una revista literaria, de mérito sobresaliente pero "sin vuelos atrevidos, sin acción en lo futuro, sin programa social ni político". El tema de la influencia del :Mcrcurt'o se vincula con el de su significado en el proceso ideológico de la Independencia y su carácter "precurso". Desde esta perspectiva el juicio de Mitre y, parcialmente, el de Vicuña Mackenna, son certeros. Las páginas del :Mercurio exhiben, por primera vez en la literatura peruana, una dedicación casi exclusiva a lo vernáculo; una deliberada preocupación por confrontar las teo– rías europeas con la realidad en torno, que sus redactores pretendían realizar con seriedad y originalidad; un programa sistemático de exaltación de lo peruano y americano frente a las críticas y los errores que sobre esa realidad se fornmlan en Europa. Se trata, pues, de un ní– tido estadio en el proceso de fonnación de la conciencia peruana: el del conocimiento serio y profundo, el de la visión amorosa, no exenta de objetividad, el de la postulación de cambios y reformas, el de la acción transformadora dentro de los cauces de la ilustración cristiana. Pero, sin embargo, no debe buscarse en el periódico limeño un concreto programa de acción polí– tica. Tenían sus redactores una posición doctrinaria ante su mundo, convulsionado e'ntonces por la Revoiución Francesa, cuya violencia sanguinaria y cuya heterodoxia política rechazan y condenan reiteradamente. Pero para el Imperio Español propugnaban no un cambio profun– do y radical, ni mucho menos la separación de los reinos americanos, sino tan sólo un con– junto de reformas prudentes, reclamadas con urgencia por la situación americana, aplicando parsimoniosamente los planteamientos que desde hacía unas dos décadas formulaban los ilus– trados peninsulares, Jovellanos sobre todo. Entre 1791 y 1794 los intelectuales, profesores uni– versitarios y altos funcionarios que integran la limeña Sociedad de Amantes del País y que escriben en el :Mercurio, asumen, pues, una posición que podríamos llamar de fidelismo refor– mista, y por tanto sería inútil buscar en la revista peruana un programa concreto de acción política enderezado a un cambio brusco e inmediato de las provincias americanas respecto a su vinculación con la metrópoli española. Pero en cambio es evidente que la actitud intelec– tual, la posición doctrinaria, la tesitura emocional, confluyen todas a esa etapa previa e im– prescindible en el proceso de la Independencia, para que ella tenga coherencia y sustento: la del conocimiento, la afirmación, el amor y la defensa de lo propio. Sin ser separatistas, y aun

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