Alicia a través del espejo

por la cola para que no pudiera bebérsela. ¿Cómo?, ¿que tenías mucha sed?, bueno, ¿y acaso ella no? ¡Y ahora va la tercera: desenrollaste todo un ovillo de lana cuando no estaba mirando! -¡Van ya tres faltas y todavía no te han castigado por ninguna! Bien sabes que te estoy reservando todos los castigos para el miércoles de la próxima semana... ¿Y qué pasaría si me acumularan a mí todos mis castigos, -continuó diciendo, hablando más consigo misma que con el minino-, qué no me harían a fin de año? No tendrían más remedio que mandarme a la cárcel supongo, el día que me tocaran todos juntos. O si no, veamos... supongamos que me hubieran castigado cada vez a quedarme sin cenar; entonces cuando llegara el terrible día en que me tocara cumplir todos los castigos ¡me tendría que quedar sin cenar cincuenta comidas! Bueno, no creo que eso me importe tantísimo. ¡Lo

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx