Alicia a través del espejo
Los gatitos tienen la costumbre, muy inconveniente (había dicho Alicia en alguna ocasión) de ponerse siempre a ronronear les digas lo que les digas. -Si tan sólo ronronearan cuando dicen “sí” y maullaran cuando dicen “no”, o cualquier otra regla por el estilo -había dicho- lo que sea para poder conversar. ¡Pero no! ¿Cómo puede una hablar con una persona que se empeña en decir siempre la misma cosa? En esta ocasión el gatito sólo ronroneó y era imposible saber si estaba diciendo que “sí” o que “no”. Así que Alicia se puso a rebuscar por entre las figuras del ajedrez hasta que encontró a la Reina roja; entonces se arrodilló sobre la alfombra delante de la chimenea y colocó al gatito y a la Reina uno frente a la otra:-¡Ahora dime, minino! -exclamó batiendo palmas-. ¡Confiesa que te convertiste en ésta!
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx