Alicia a través del espejo
La Reina roja no ofreció la menor resistencia: tan sólo ocurrió que su cara se fue empequeñeciendo mientras que los ojos se le agrandaban y se le iban poniendo verdes; y mientras Alicia continuaba sacudiéndola, seguía haciéndose más pequeña..., y más gorda..., y más suave..., y más redonda..., y ... XI. DESPERTANDO ..., Y..., ¡EN REALIDAD era un gatito, después de todo! XII. ¿QUIÉN LO SOÑÓ? -SU ROJA Majestad no debiera de ronronear tan fuertemente -dijo Alicia, frotándose los ojos y dirigiéndose al gatito, respetuosamente pero con alguna severidad-. Me has despertado y, ¡ay, lo que estaba soñando era tan bonito! Y has estado conmigo, gatito, todo este tiempo, en el mundo del espejo, ¿lo sabías, querido?
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