Alicia a través del espejo

en serio! Porque cuando estábamos jugando hace un ratito nos estabas mirando como si de verdad comprendieras el juego; y cuando yo dije «jaque» ¡te pusiste a ronronear! Bueno, después de todo aquel jaque me salió bien bonito... y hasta creo que habría ganado si no hubiera sido por ese perverso alfil que descendió cimbreándose por entre mis piezas. Minino, querido, juguemos a que tú eres... -y al llegar a este punto me gustaría contaros aunque sólo fuera la mitad de todas las cosas que a Alicia se le ocurrían cuando empezaba con esa frase favorita de «juguemos a ser...» Tanto que ayer estuvo discutiendo durante largo rato con su hermana sólo porque Alicia había empezado diciendo «juguemos a que somos reyes y reinas»; y su hermana, a quien le gusta ser siempre muy precisa, le había replicado que cómo iban a hacerlo si entre ambas sólo podían jugar a ser dos, hasta que finalmente Alicia tuvo que zanjar la cuestión diciendo-: Bueno, pues tu puedes ser una de

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