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XIV
En mi Memoria anterior conqigné que tl'Jos los documentos ele aT–
guna ,c;ignificación histórica, social ó literaria, que se encontraban en
c:I
Ar–
chivo Nacional, habían sido separados
y
fonnádose con ellos tomos que.
convenientemente encuadernados, figuran en el catálogo de la sccc1ón
Manuscritos de la Biblioteca.
El Archivo eslá reducido
á
un gran depósito de
leg11jos
numerados,
conteniendo cuenta
e;
ele Aduanas, Correos, Moneda, E.:;tancos, etc.
de.
clel
tiempo del coloniagc, papeles todos sin importancia real.
En 1887 separé muchos legajos con títulos
y
':les!indc terrenos, rús–
ticos
y
urb;,nos, indicando al Ministerio la conveniencia de que esos lega–
jos p<1s;1ran
á
una ofi.cina de hacienda
ó á
la ele propiedad territorial. Acaso
sea esto lo único útil del, en apariencia, crecidís11110 Archivo Nacional.
Prl'par{1bame
á
hacer encuadernar, en este año, varios tomos de car–
tas y papeles relativos
á
léi Compañía de Je!>Ús, en el Perú, cuando sobre·
vicio un incidente que, durante los últimos cinco meses, ha mantcnirlo en
sus¡wn~o
c;I
cjercio de mis facultades colllo Director cli:I Archivo Nacio·
nal. Solucionado el enojoso i11cide1lle, há poco:> días, en forma para misa·
tisfact()ria, reanudaré próximamente, la paralizada labor.
XVII
UTILWAI> DE LA Brn1.11JTECA.
En nuestra cuestión d;.: límites con la vecina República del Ecuador,
c¡uc parece ya
"º¡
11cior.ada cnnvcnicntemcntc para ambos países,
ha
co–
rrespondido
á
la Biblioteca de Lima parte y no pequeña, en
el
éxito.
Li–
hr.>s ele consulta. mapa". relaciones inéditas de viajeros
y
documentos
de·
cisivos, cura existencia se negara
y
que se encontraron en la sección de
Manuscritos, todo ha sido puesto
ú
disposición del Ministerio de Rela–
ciones Exteriores, que: ha reconocido la importancia del servicio presta-
do por el establecimiento.
'
En Noviembre de 1888
y
con motivo de la ley promulgada en el
Brasil sobre libe11:ad, de esclavos, pidió al nuestro el Gobierno
dd
por en–
tonces, imperio, muchos datos relativos
á
la esclavatura
y
manuidisión
de ella en el Perú. En nuestras oficinas fiscales había
delic.?iencra
de do
cumcntos, por la casi destrucción del archivo
dijr'allte
la epoca
de la
ocu–
pación chilena,
y
el Supremo Gobierno me encomentió
e11toaces
que
tnl·
üajara una memoria histórica sobre los puntos
solicit:cu:lua.
A
pesar de
lo recargado de mis tareas de
1
oficina,
11~
el
h
t
o
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