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Jos historiadores futuros para estudiar media centuria de nuestra vida re
publicana, sólo nos faltan once tomos. Las colecciones de «El Nacion.. ,
y
«Opinión Nacional,,, diarios que en antigüedad, siguen al <cComerc;. •,
se hallan completas, y lo mismo sucede con
los demás órganos de ·a
prensa. De «El Peruano», regic;tro oficial, nos esforzamos por adquiri c·
los cuatro semestres ó tomos que faltan.
La sección periódicos presta inmenso servicio á la magistratura y r .
comercio. Frecuentemente hay personas que buscan ó copian de ellos
ca–
tos
y
artículos, ó que solicitan constancia certificada de algún docume·11 -
to que les interesa. Sea por mandato judicial
ó
por orden del Ministeri0,
y
en muchas cosas por sólo petición de los particulares, la dirección •.
~
mi cargo expide, el certificado legal.
Los periódicos no deben estará disposición de lectores que
aspir ~11
á
entretenerse con versos y folletines, y para los que no hay vigilanc;a
que alcance á impedir que arranquen páginas. Por eso he establecido
e,
u>'
las colecciones, ya encuadernadas, puedan consultarse en sala especial
~,
bajo la inspección inmediata de un empleado.
El catálogo de periódicos que, en el bienio arterior, alcanzaba á la
cifra de 183 volúmenes, llega hoy á la de
567,
perfectamente empastad,1s
v.
MAPOTECA.
Entre el caudal que constituyó la librería Paz-Soldán recibí much
planos de obras públicas del Perú, los mismos que pasé al Ministerio ,, '
Gobierno, estimando que en la sección corresp011diente eran de may
provecho para el pc1ís que conservados en la Biblioteca.
En cuanto á planos geográficos nuestra Mapoteca es, hoy, esenci:
·mente sud americana y muy digna de consideración.
Vacilé entre conservar los mapas en tubos de lata
ó
en volúmen1 .
con grandes tapas de cartón. Opté por este último sistema, considcranc '::>
que él facilita la consulta ó exámen de un plano.
El Ministro de Gobierno me remitió
250
ejemplares de las provi ,_
cías de Sandia y Carabaya por el sabio doctor Raimondi. Prevínose
qL.1~
los obsequiara á mineros, comerciantes, ingenieros, agricultores
y
á tocia
persona que,
á
mi juicio, pudiera apreciar y utilizar el donativo. Por n1i
parte, remití ejemplares
á
diversas instituciones geográficas
y
de coloni–
zación, en el extrangero. Hoy quedan pocos en el depósito.
En Abril de este año, me entregó
el
señor Raimondi 333 juegos que
formo.11 las cinco primeras fojas del Plano General de la República. Dí
avi~o
al Ministerio pidiendo instrucciones sobre la formad: distribució,1,–
y,
en armonía con lo limitado de Jac; que se comunicaro1,, conservo
260
juegos en depósito.