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BIBulOJTIEGA NAGIONAu
DlR~CClON
, eñor Director de Instrucción Pública.
Cumpliendo con el deber que el reglamento me impone,
paso á dar cuenta á US., en muy sucinta forma, del funciona–
miento de la Biblioteca Nacional de mi cargo, durante los
Lil–
timos doce meses.
Anualmente, desde
1904,
he venido llamando en mi
Memoria la atención del Supremo Gobierno sobre la pre–
miosa necesidad de construir edificio apropiado para Biblio–
teca, y que armonice con los adelantos de la época.
Por ca–
rencia de anaqueles para la colocación armónica de las obras,
los salones ofrecen el aspecto de hacinamiento de libros;
y
en cuanto á la sala de lectura no es más que un pasadizo in–
conveniente y que apenas admite un concurso de sesenta per–
sonas.
Dentro de once años, en
192 1,
celebrará el Perú el pri–
mer aniversario de su vida nacional; y en mi concepto la me–
jor de las fiestas con que podría enaltecerse tan grand.ioso re–
cuerdo sería la inauguración de un edificio que, como el por
mí propuesto, comprobase
nuestra cultura
y
progreso
intelectual.
El Gobierno no debe olvidar que uno de los
primeros decretos del generalísimo don José de San Martín,
expedido pocos días después de jurada en Lima la indepen–
dencia patria, fué el ele creación de la Biblioteca. Así el me–
jor y más justiciero homenaje que á la memoria del egregio
prócer podríamos tributar los peruanos, sería el levantamien-