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Douath'os del
exh•:u1je~·o
Con íntima gratitud consigno en esta Memoria que, en mis
peticiones para el resurgimiento ele la destruída Biblioteca,
á
mis amigos 11ten1rios de las repúblicas americanns, fuí muy sa–
tisfactoriamente atendido. De México, Ri\·a-Palacios, Santaci–
la·, Sosa , Peza, frineo Paz, el bibliotecario Vigil
y
otros muchos
escritores; de Colombia, Venezuela
y
Ecuado1·, Rafael Pombo.
Aníbal Galindo, Ricardo 3 ccerrn, Aristides Rojas, Ecluarclo Cal–
caño, Carl os Tobar, Luis Cordero, y no pocas notabilidades
mfü::;
de las repúblicas cen tro-amcricanas Mon túfar, Batres
J
áu–
regui, Membreño, Gagini, Peralta; de Chile, Luis Montt, Tori–
bio Medina, Dieg;o Barros, René Mo1·eno, Carlos T. Robinet, Fc–
cle1·ico Varcla, Eduardo ele
la Barrn y muchos otros; de las 1·e–
pública. ele! P lata clon Bartolomé Miti-e, don Estanislao Zeha–
llos . Isidoro ele :Haría, Zorrilla de San Martín, Centurión, Gon–
dra y no pocos literatos más,
a><í co1110 Fernanuo Guachalla y
.\l anuel Vicente Balliviau, entre mis amigos ele Bolivia, contribu–
yeron con cuantioso óbolo ele selectus libros.
En España,literatos tan eminentes como '.Vlenéndc•z y Pelay o,
Castelar, Campo3mor, Pí y 'I a rga ll , Benot, Tamayo, Yalera,
'úñez
ele
Arce, Cánovas del Castillo, Pezuela, Balagner, Fernán.
clez Duro, touos mis co1npañeros en las Academias de la Lengua
y de la Historia., se presta1·on á colectar librus qne me llegaban
por inter111edin de nuestro µ;eneroso compatriota don Joaquín de
Osma, quien obtuvo ele don Alfonso XII un regio regalo, consis–
tente en cuatro infoli os con nrngníficos grabados que reproclucen
Jos cuadros ele! 'Iuseo Real de Madrid.
La generosidad de los literatos españoJcr¡ se extremó todavía
más en 1893, pues regresé al Perú con poco más de mil volúme–
nes qne me obsequiaron para Ja Biblioteca ele Lima.
Valiosísimo donativo ha sido el que, en ocho cajones de li–
bro~,
nos hizo el actual Gobierno de Colombia, correspondiendo
al que dos años antes hiciera el Perú á la Biblioteca de Bogotá.